Alto Guiso es la nueva pasión del underground rosarino. Con un espíritu ético-estético transversal a los tiempos de cambio, el cuarteto corre profundo mientras asoma un nuevo paradigma.
En un universo sonoro que enlaza el rap, funk, soul, la escuela libertaria del sampleo y la suma presencia de la sacerdotisa Erykah Badu, tiene su punto de despegue el contagioso proyecto de Alto Guiso que con apenas diez meses de vida ya engendró un EP, un video, una gira por Brasil y varios encuentros inolvidables en Rosario. El cuarteto conformado por Sofía Pasquinelli en guitarra, Ani Books en voz, beats y loops, Melina Spizzirri en sinte, trombón y voz, y Flor Croci en bajo es una conjunción de cuatro mujeres consagradas a la diversidad rítmica con tanto para expresar como para empatizar con la audiencia que sepa escuchar. Cuatro mujeres con incalculables horas en salas de ensayos y sobre los escenarios; cuatro músicas con una paleta sonora que mantiene la diversidad como norte, cuatro culos inquietos que no saben quedarse estáticos. Funk, reggae, dub, rock, psicodelia, dance hall, soul, hardcore y algo más puede encontrarse en el camino individual de cada Guiso. Desde 2016 el grupo emprende un mapa recitalero que atraviesa bares chetos del centro, clubes de barrio, espacios autogestivos, casas, marchas, festivales; en pocas palabras, Alto Guiso está donde haya un lugar para agitar, comunicar y bailar.
GET GUISO
Los pocos meses de vida del cuarteto tienen un fuerte contraste con la intensa actividad que llevan adelante desde el inicio casual del proyecto. Ani Books recuerda la génesis de lo que ahora se conoce como Alto Guiso: Fue una casualidad. Me llamaron para tocar en una fiesta de una amiga que hace ropa y dijeron “Vení con lo que quieras” y yo las llamé a las pibas. Con Melina hace bocha que pateo la música pero más que con invitaciones nunca había tocado. Con Flor lo mismo. Las llamé y se coparon. Armamos unos temas que tenía yo de unos covers y ahí fue, sin querer, la verdad. Del casual llamado de Books para sus compañeras se desprende la evidencia un camino a la par, de hermandades musicales cultivadas con los años, perteneciendo a un circuito común tocando en diferentes bandas: Cambio de Hábito, Flor de Banda, Jardines Líquidos, para Croci, Lima Sur, The Freaking Nipples para Books, Budajipis, Piter Funk para Pasquinelli, Carmina Burana, Cool Confusion y los Budajipis -también- para Spizzirri. Para ésta última su desempeño en Alto Guiso se diferencia de iniciativas previas ya que “es bastante experimental porque si bien yo estudié piano muchos años de chica, nunca había participado en un grupo con las teclas y ahora pegué un sintetizador que es lo que estoy usando con las chicas, entonces estoy flasheando esa. Igual toco el trombón pero pasé de un instrumento del 1400 a uno del este milenio (risas), para mí es todo un cambio que está buenísimo. Entre lo más positivo, rescato que somos culo inquieto y gracias a eso, sin que la banda tenga un año todavía, ya tiene un EP, una gira, un videoclip, eso con algunos grupos nunca lo hice y con otros tardamos muchísimos años. Entonces los tiempos de Alto Guiso van acelerados”.
Como Krusty es el título del EP debut de Alto Guiso, cuatro canciones de ritmos hiperquinéticos además de atmósferas más espesas en tono de apocalipsis zombie. El material fue grabado íntegramente en Del Pasillo Records además de ser mezclado, post producido y masterizado por Ignacio Molinos A.K.A. Nacho Espumado. Spizzirri apunta que “Trabajamos con Nacho porque lo conocemos desde hace tiempo y tiene experiencia grabando máquinas que es lo que tocamos nosotras. Todas conocemos su trabajo, sus proyectos editados y nos pareció siempre de buena calidad. Lo conocemos desde hace un montón y re mil piola para todo, nos sentimos re comodas”.
TRASPARENTES
Promediando diciembre de 2016 a través de su cuenta de facebook el grupo deseaba un feliz año nuevo y anunciaba “Nos vemos desde el 10 de enero en Sao Paulo”. Enero fue temporada de Alto Guiso en el país hermano, con el cuarteto tocando en fechas agendadas con anticipación y sumando nuevos recitales mientras iban tocando y empapandose en la intensa experiencia brasileña. “Surgió porque tenemos un amigo viviendo acá que es de allá, él fue nuestro contacto” apunta Spizzirri y detalla que “Con Sofi ya habíamos ido a Brasil con otras bandas, siempre fuimos bien recibidas. Teníamos ganas de ir con Alto Guiso, fue nuestro primer viaje. A través de nuestro amigo hicimos algunos contactos por internet y mismo estando allá pegamos otras fechas más y nos quedamos con la posibilidad de volver”. Books agrega que “Conocimos y tocamos en muy buenos los lugares allá. Muy bueno lo que hicimos y también lo que vimos de los demás. Todas las fiestas, las otras bandas, super enriquecedor”. De Brasil las Guiso se volvieron felices por las experiencias que las nutrieron, por unas lindas semanas en el verano vecino y finalmente, con un sorpresivo souvenir: un simple de 33 RPM en vinilo transparente con sus canciones. Acerca del inesperado soporte Ani explica que “Yo había ido varias veces a San Pablo porque mi hermano vive allá y tenía una amiga que era DJ. El primer día que la encuentro caigo a una casa cultural, que tenía una tienda de vinilos y después tocamos en el cumpleaños de esa chica al que fue toda la gente de esa casa. Ahí mismo, en esa casa cultural, graban vinilos. Se coparon con la banda y se ofrecieron a hacerlo casi al costo, o te diría menos que al costo. Ellos también querían quedarse con nuestra música en vinilo así que lo vimos al proceso de fabricación del disco. Creo que ni siquiera un objetivo o un sueño, ni nada. Allá hay mucha cultura del vinilo, es tremendo. Todas las fiestas a las que fuimos el DJ usaba vinilo y mucha música brasilera, muy bailable, no sólo samba o axé, mucho hip hop, mucho funk, mucha música negra autóctona del Brasil que es realmente increíble”.
BIRRA FRÍA MIENTRAS LLUEVE
El cielo descarga su tropicalización sobre la región con mucha pompa pero sin bajar la alta temperatura de las calles de la ciudad. Es jueves y sobre el escenario de Berlín las Alto Guiso enfrentan a casi la totalidad de las mesas ocupadas. Suenan todas las canciones grabadas, material nuevo y dos covers, “Superstar” de Lauryn Hill y “Hollaback girl” – con trombón incluido- de Gwen Stefani. La gente arenga desde sus lugares y disfruta del set listo mientras que Ani invita a los presentes a bailar tratando de dominar el difícil arte de danzar desde la cintura hacia arriba directamente desde sus sillas. Dos chicas no resisten el contagioso efecto del grupo y rápidamente se paran frente al escenario bailando en plenos movimientos de cuerpo entero. Minutos más tarde suena “No bailes” y los micrófonos apuran las siguientes palabras: chico chica si es que vos te copas /ahora hay que bardear a la autoridad /es la muni, sabés? el consejo, tal vez / que prefiere escuchar más a uno que a cien /dicen no autorizar, vienen a inspeccionar /es que debemos hacer mucho daño social /fijate como te quedas parado /que capáz clausuran si tirás un paso. Pasquinelli desata un solo incendiario mientras la banda groovea. En un clima de asfixia burocrática que no parece bajar su velocidad, bailar es un acto de rebeldía perfecto, hoy más que nunca y que ahora se expresa tanto arriba como abajo del escenario. “El tema de los cierres es desde siempre, desde hace muchos años ya” expresa con seguridad Pasquinelli mientras rompe su habitual silencio para continuar, “cada tanto aparece un brote en el que cierran todos los lugares pero si vos le buscás la vuelta, podés tocar y eso es lo importante, también, te pueden pasar un millón de cosas. En definitiva el mensaje es ese, vos podés cerrar todo lo que quieras pero yo voy a seguir tocando, en una casa, en un huequito. No se para todo, no es esa la actitud con la vida”. Books se adentra en la canción y lo que se vive en la ciudad, “Claro, porque además no es que estén buscando que haya disyuntor, eso lo sabemos. Lo que están buscando es que no haya pista de baile, por ejemplo. Es realmente ridículo. El hecho de “No bailar” me quedó de una fecha que hicimos con los Annie Books y los Budas en Bienvenida Casandra. Me acuerdo que la dueña nos dice “Chicos, miren, sabemos que esto va a estar bueno, que van a venir un montón de personas, la gente puede estar parada pero no puede estar bailando porque si entra un inspector y hay alguien bailando me clausura y yo no puedo tener más clausuras” y me estaba diciendo la verdad porque el lugar terminó cerrando. “No bailes” o sea, no podés bailar. ¿Quién define qué es bailar? Si hay alguien parado y mueve la patita, ¿qué onda? Entonces la gente tiene que estar parada e inmutable a lo que está sucediendo porque no hay un rubro que defina lo que ahí está pasando. Entonces se ponen las pilas entre todos, entre el debate social y el debate político y gestionamos un rubro que más o menos ampare, que no sea del siglo pasado, literal, o nos dejamos de hinchar las pelotas y dejamos que la gente la pase bien. Es una o la otra, pero lo que está pasando en el medio, que es la realidad, no tiene nada que ver.
– Son muchas las bandas que están sufriendo el acoso municipal a los espacios independientes, pero son pocas las que están cantando sin tapujos sobre lo que pasa con eso o sobre la problemática de pagar para tocar. Los Gay Gay Guys se expresaron de manera directa, divertida y constructiva hace poco en su primer disco, me parece un antecedente al “No bailes” de ustedes.
Melina: Lamentablemente hay bandas que ante esa situación agachan la cabeza entonces por eso todavía existen lugares en los que te cobran por tocar, te hacen vender entradas y vos no ves un peso, todo eso va para los lugares. Nosotras a eso lo vivimos hace un montón de años y por eso somos más selectivas de los lugares donde tocamos. Si bien podemos ir y tocar en un boliche super careta siempre vamos a tener algunos principios tratando de que no nos culeen tanto (risas). En realidad estaría buenísimo que todas las bandas hagan eso y todos los músicos se auto valoren porque si nosotros mismos nos tiramos abajo imaginate lo que nos hacen los bolicheros.
– Ustedes están tocando por todos lados y también están presentes en las movilizaciones.
Melina: Sí, estuvimos en el tetazo y vamos a estar en la marcha del 8 de marzo.
Ani: Hay una efervescencia de género que está copada. Está re bueno colaborar con lo que uno tiene, nosotras podemos subir a tocar, agitar, levantar el espíritu, poner nuestra cuota desde ese lugar.
Flor: Siempre es importante apoyar desde el lado de la música. Es el medio más importante para decir, más en estos tiempos de violencia y de extremo neo-liberalismo que hay en todo el mundo. Me parece re importante apoyar y también saber decidir adónde tocar porque justamente esas son cuestiones que tienen que ver con el trato al artista, qué manera te recibe la gente, cuál es el arreglo, saber para quién estamos tocando, es muy importante todo eso, entre todas lo decidimos y siempre estamos de acuerdo.
– En casi todas las bandas en las que tocaron o en las que siguen hasta hoy las identifico con lugares que ya no existen, que cerraron, con mucha gente que también fue dejando la movida, pero, sin embargo, sigue existiendo un circuito.
Aní: Es una movida que está siempre. Además es lo que nos identifica por ahí.Las circunstancias de trabajo, varían en todos esos lugares porque son condiciones muy diferentes. Capaz que venimos a Berlín, enchufamos cada una nuestros cablecitos y ya está. Por ahí en otros lugares llevamos el sonido de Sofía, llevamos los mics de Melina, las cañas de La Abuela (apodo interno). Cargar equipos, llevar todo, tirar cables para probar sonido, es otra condición de trabajo pero también tiene otra condición de fiesta, si se quiere. Cada lugar tiene su magia. Nosotras fuimos a Downtown quizás hasta con prejuicio pero el show estuvo bueno y la gente se re copó bailando, eso es lo más importante.
– Hay una verdadera riqueza rítmica en Rosario, por un lado pasan cosas en el centro pero saliendo para los barrios y metiéndose en otras movidas, se encuentran sonidos de hip hop, cumbia, dance hall; tener presencia ahí es ganar mucho para enriquecer un sonido.
Ani: Por suerte podemos compartir nuestra música con públicos y bandas diferentes, con DJs diferentes, eso le da una chispa diferente siempre a cada cosa. Si bien el espectro de lugares para tocar en Rosario está super reducido por ahí podemos participar de fiestas que gestionan asociaciones culturales. También podemos ir a un boliche como Downtown, al que la verdad, nosotras no frecuentamos pero acercarnos a otras personas está buenísimo.
OTRA VEZ GUISO
Cuarenta y ocho horas más tarde de su paso por Berlín las pibas funky vuelven a la acción de sábado por la noche para tocar en Barbarie, el espacio cultural de la casa de Nuevo Encuentro. La cita es diferente a la del jueves, el grupo se ubica sobre el extremo interior del patio semi techado, enfrentando a unas ochenta personas. No hay escenario y el sonido es modesto pero suficiente para crear una atmósfera cálida y enérgica. Se suceden las canciones, incluyendo todos los tracks de Como Krusty y mucho del material que habrá de venir, como el tema “Mierda”, otro punto clave como música de agite para cualquier fiesta animada. Tanteando los límites entre las estrofas y el flow rapero Books apunta enérgica “Que si soy rica ya me fue bien/Que el que me roba tiene menos que yo/Que si no vendo el culo a un explotador/Es que no quiero trabajar/No quiero progresar/Me quieren vender/Que si soy nena no tengo fuerza/Que si estoy al mando es porque en algo raro ando/Y en ese caso/Tengo que justificarme a cada paso/ Me quieren vender mierda/Y esclava de la pantalla/Dandole like a cualquier gilada”. A medida pasan los minutos el guiso sonoro se vuelve bien grave; sintetizador y bajo forman una densidad hipnótica que arrastra a la gente y parece lograrlo también con el rostro de John William Cooke que asoma bajo una luz roja de un cuarto contiguo. El público, mayoritariamente femenino, baila libremente desde las orilla de los micrófonos hasta el fondo del patio. Entre canciones Books arenga a los presentes como una genuina maestra de ceremonias disparando “¡Aguanten esos pases de baile, loco!” o “Las pibas le agradecen tanto agite”. Spizzirri se reparte, dinámicamente, entre sinte, voces y el trombón con el cual tiene que hacer equilibrio al levantarlo para tocar y luego volver a ubicarlo en el piso. Pasquinelli da medio paso hacia adelante para jugar con su pedal y zigzaguear en un solo extenso. Todo el instrumento baila junto a su ama y en rápido juego de movimientos visuales el sticker de Felix The Cat pegado en el cuerpo de la viola se confunde con una pegatina de El Gato Macri made in snapchat que alguien pegó en la pared. Mientras Pasquinelli sigue flotando sobre su guitarra, Croci, de ojos cerrados, mete un firme groove con sus cuatro cuerdas, disfrutando su trance.
– Teniendo dos tremendas violeras en el grupo, la pregunta del millón es ¿cómo hicieron para decidir quién iba a tocar la guitarra?
Sofía: Solo, solo, solos, Flor todo el tiempo quiere que yo haga solos.
Flor: ¡Solo, solo, solo! Lo único que quiero es solo de Pasqui (risas).
Sofía: Se habló en un momento de poder cambiar porque ella está manija (risas) Yo la entiendo, haría lo mismo.
Flor: Igual, ya está, mi puesto acá es el bajo.
Sofía: Pero voy a aprender a tocarlo así le cambio y le hago la segunda.
– ¿Fue algo que charlaron o se dio naturalmente?
Sofía: Ya lo veníamos haciendo así.
Flor: Sí, ya estábamos así. Porque la primera banda en la que yo estuve, toqué el bajo. Siempre tuve ganas de tocarlo. No tengo un bajo pero tengo sentimiento (risas)
Ani: Cuando las invité a esa primera fecha donde se armó todo, les pregunté “¿Quién quiere tocar el bajo?” y salto Flor con “¡Yo, yo quiero el bajo!”. Flor hace unas líneas re cantables, con una perspectiva que está buenísima.
– Yendo de recital en recital, siempre están tocando temas nuevos y la mayoría de la lista son canciones que no están en el EP. Imagino que grabar nuevo material es un paso que se viene pronto.
Ani: Inmediato. Tenemos facilidad para grabar. Cada una tiene su sucucho para grabar y vamos circulando por ahí. Al no tener batería acústica se simplifica bastante. Igual ahora estamos tocando en algunas fechas con Lola Velez invitada en la bata y capaz que en algún tema nuevo también la grabemos.
– Dejándose llevar tanto por la fluidez del vivo, sería ideal tener batería en vivo.
Ani: Sí, la percusión acústica te cambia. Ya en los primeros ensayos que hicimos con ella fue un gran subidón, un turbo diesel muy lindo. Pero también está bueno sostener los dos formatos sobre todo por las condiciones en las que tocamos a veces, no tener batería nos da la posibilidad de tocar en varios lugares. Donde se pueda romper todo vamos a ir con la bata y donde se pueda romper a medias vamos las pibas.
#8M
Sobre la esquina de Laprida y Rioja una pareja de policías se mantienen firmes observando el tráfico aletargado y la activa clientela de una tradicional panadería. Los policías guardan sus manos tras un chaleco amarillo, buscando descansar sus pesados brazos, algo indiferentes a la afluencia de mujeres que comienza a intensificarse. Mientras los autos rivalizan a bocinazos sobre quién va a pasar primero, una adolescente que aguarda poder cruzar se detiene dando la espalda a los policías que con curiosidad leen la pancarta que se eleva casi un metro por sobre sus gorras: ABORTO ILEGAL = FEMICIDIO ESTATAL. Al caminar por Laprida y luego doblar en Córdoba, hacia la izquierda, para tomar derecho hacia el monumento, la presencia de la policía se intensifica, con patrulleros y camionetas bordeando la catedral pero así como se concentra el azul, se propagan los colores de las propuestas, las consignas, los reclamos y los cánticos, que crecen junto a las palmas y los bombos. El rostro de Milagro Sala se reproduce en remeras, carteles, pancartas y volantes. El reclamo de “Libertad a Milagro” se multiplica hasta en espaldas pintadas con pincel. “Estado Laico” rankea fuerte en remeras y se destaca en un prendedor colgado justo entre los ojos de un Solari hecho remera.
Pasadas las siete de la tarde diversas columnas empiezan a copar la totalidad del Monumento y sus alrededores inmediatos. Se leen banderas de Pan y Rosas, Mala Junta, Mujeres del Evita, Ateneo JW Cooke, CTA Trabajadores, entre las decenas de agrupaciones y sindicatos que apoyan el #8M. Algo más de 20.000 mujeres colman la postal rosarina. Ante los micrófonos se exige, entre otros reclames urgentes, el aborto legal, seguro y gratuito, que se termine la brecha salarial entre hombres y mujeres, se apunta que ante un escenario de precarización laboral recrudece la violencia de género por todo el país. Los pedidos de inmediata separación de Estado e Iglesia y libertad para Milagro Sala hacen resonar de manera abrumadora todo el Monumento; una sororidad que se amplifica grito a grito.
La murga Modestia Aparte da inicio al desempeño artístico de la tarde noche. Cierran con una celebrada despedida en la invierten el bombardeo verbal masculino que diariamente invade a las mujeres por calles bajo la excusa expiatoria de piropos. Seguidamente Las Locas Margaritas entregan una certera performance mientras el sol definitivamente se oculta.
Cuando las Guiso están tomando sus instrumentos, alistandose para tocar, la gente se adelanta tímida, expectante. No es hasta que Books dispara por su mic “Nosotras estamos como en el cuarto trasero, no podemos acercarnos, así que vengan ustedes” que las miles mujeres y unos cuantos hombres, se arriman de lleno. Sin perder tiempo ni desperdiciar canciones, un grupito de niños baila frente al grupo desde el primer acorde, algunos hasta saltan entre las integrantes del grupo. “Ahora queremos presentarle a una amiga del Guiso, se llama Lola, hagan un quilombo para ella” es la presentación de Ani para Lola Velez que se ubica tras los parches y le mete un espinazo de pura contundencia a la banda que inmediatamente suena más poderosa y rockera. El quinteto -por una noche- mete un rasgueo funky ascendente que va inyectando vibra a todxs lxs presentes hasta adueñarse definitivamente de la enormidad del monumento y del contexto.
Mientras la banda está metida en su set y la gente se mueve animada, sobre extremo derecho de la improvisada pista de baile, una chica de remera de los Buzzcocks le dice a su amiga “Che, Mile, ¿éstas flacas no son las de que tocaron con Las Trompas (de Falopio)?” . Mile parece activar el modo de identificación para responder “Sí, tocan el tema de la Muni, ese de que cierran los bares”. Las amigas parecen recordar una fecha en el bar El Olimpo ocurrida en noviembre del 2016. Paradójicamente, mientras reconocen e identifican al grupo por la canción “No bailes”, en pleno transcurso del #8M, El Olimpo es clausurado y desalojado en su clásica esquina de Mendoza y Corrientes. Más que nunca resalta el “Se prefiere escuchar más a uno que a cien”, especialmente mientras ese uno es de la curia.
Antes de despedirse llega un “Memoria y compromiso por todas las que perdieron la vida. Que siga esta magia del encuentro” desde el escenario. La gente pide más pero no hay tiempo porque llega Girda y Los del Alba. Los aplausos bajan caudalosos para Alto Guiso, al mismo tiempo que muchos puños se elevan, despidiéndolas con respeto y camaradería.
A la mañana siguiente, con la adrenalina en niveles regulares pero la emoción todavía arriba, Melina confía, “muy agradecidas de que nos hayan convocado, y muy emocionadas por todo lo que se dio en la jornada completa. Tocar ayer en el cierre de la marcha fue increíble, muy emocionante. Se sintió mucha fuerza”.