El ciclo audiovisual producido por Nymbus, Fango y Mariscal Media arranca nueva temporada con una sesión incendiaria de Chulimane & Dagger.
El estreno llega este domingo a las 22hs por YouTube.
A pocas semanas de cumplir su primer aniversario de producción sin pausas, las sesiones BRODA encienden su motor para arrancar la cuarta temporada. Con siete episodios frescos, el ciclo audiovisual realizado por las productoras Nymbus, Fango y Mariscal Media busca seguir adelante en su registro identitario de una comunidad musical de talentos que hacen las vibras del futuro.
Para un público sediento de información nueva, BRODA se convirtió en un escenario fértil en descubrimientos que se corren del radar de novedades digitadas. De cara al segundo semestre del año y pensando en un 2022 que se deja ver, el ciclo nacido en la ciudad de Rosario empieza a notarse como una parada obligada en un GPS federal. Por eso, paulatinamente, BRODA empieza a estrechar lazos con otras ciudades, pensando siempre en lo que está por venir.
Para la cuarta temporada, BRODA propone una curaduría con retazos de trap, synth pop, indie, rock, soul y algo más. Las sesiones que se vienen tienen como protagonistas a Chulimane, Axel Mark, Caro Soul, Lichi, Señores Vuelan, Barfeye e Indie J.
Para acompañarlos en la noble tarea hay una banda residente renovada y preparada para aventurarse en las diferentes sonoridades que demanda el repertorio. La house band está integrada por Sofía Pasquinelli en guitarra, Martín Valci en bajo, Jair Antonelli en batería y Coti Sheridan en teclados.
Cabe destacar que la house band no se limita a un mero acompañamiento. Lxs músicos se sumergen en las canciones con el mismo grado de entrega que demanda su propia producción. De la tercera temporada, con la BrodiBand compuesta por China Roldan en teclados, Ana Lola en batería, Valen Solé en guitarra y Maite Belén con el bajo, brotaron vínculos que fueron más allá del ciclo, estableciendo una química que espera demostrarse cuando vuelva la actividad de conciertos.
A horas del inicio de la nueva temporada, apuntar la consistencia que logró BRODA en las entregas anteriores habla a las claras de un compromiso con la diversidad del circuito independiente, pero también de una conjunción que permitió imaginar, tanto a realizadores como artistas, en un estadio superador para su trabajo.
BRODA procura una curaduría de propuestas musicales con identidad y presencia en una escena cada vez más fragmentada pero voluminosa en su producción. A diferencia de otros ciclos que promueven la actividad musical emergente desde la corriente Aesthetic el acierto de BRODA fue desarrollar su propia identidad desde interrogantes colaborativos. De esa forma, entre el equipo de producción y lxs artistas se trazaron preguntas que obtuvieron respuestas directamente desde el hacer. De poder traspasarlas a esta nota serían: ¿Cuál es la dosis justa para enganchar, enmanijar y lucirse en tiempos de sobredosis de información? ¿Cómo potenciar la música desde una perspectiva intimista que también logre la adrenalina del vivo? ¿De qué forma llevar la idea inicial a un estadio superador?
La tercera temporada deparó sorpresas varias, entre ellas, la performance de Amarú + 4N0. Con esa pieza de performace art interdisciplinario quedó claro que el ciclo busca la superación constante, cruzando las barreras de género e idioma visual.
La estética vibrante de BRODA sirve para enfocar toda la atención en la obra del artista, ya sea que esté cantando, rapeando o tirando beats desde looperas. Durante quince minutos, la música se amplifica, corriéndose de su lugar de consumo pasivo, logrando una cualidad atrapante.
BRODA es una mezcla de lenguajes donde intervienen varios talentos. A la propuesta audiovisual generada por Nymbus, Mariscal Media y FANGO se le suma el detallado trabajo de audio de Longplay Records. La producción y post producción van tomando lugar por etapas con un trabajo preciso que comienza meses antes del día de grabación.
Son varixs lxs trabajadorxs – en maquillaje, iluminación, vestuario, prensa y legales – involucradxs en el ciclo. Desde el principio de la aventura, el equipo se vio exigido a superar desafíos varios como incorporar protocolos de prevención, lidiar con cambios de agenda y hasta sortear apagones de verano. Pero entre los imprevistos, siempre prevaleció el oficio, llegando a buen puerto.
En casi un año de producción constante BRODA se manifiesta más allá las sesiones:
-Spotify alberga siete EPs del registro musical más una playlist que congrega casi todo lo publicado en esa plataforma.
-En Instagram hay unas cuantas horas de material de backstage y extras para seguir conociendo las propuestas.
-Finalmente, las entregas quincenales congregan al público en su canal de YouTube para seguir cada estreno en vivo. Cada uno de esos domingos una comunidad se encuentra en el chat posibilitando un rato de disfrute y la adrenalina propia de las canciones que se descubren con nuevas versiones o, en ocasiones, se interpretan de manera pública por primera vez. Se trata de una conexión que sucede en tiempo real, que cobra vida con un chat que dice presente mientras las canciones corren. Luego del estreno las reproducciones siguen adelante de acuerdo al tiempo personal de cada persona, diseminando la data durante la semana. Pero ese breve lapso de tiempo, apenas lo que dura una sesión de tres canciones, ya se convirtió en un momento de encuentro social que cuenta con su propio colorido, posibilitando una interacción cálida para una comunidad recitalera que viene golpeada desde hace quince meses. En ese sentido, BRODA hizo de su inquietud artística una posibilidad social que durante el contexto covidiano se vuelve fundamental.
La creación del tridente Nymbus, Mariscal y FANGO es más que la confluencia de tres productoras: desde el inicio BRODA fue una manera de reafirmar su compromiso con la escena musical mediante una sinergia que ayude a transformar la realidad. La unión de fuerzas resulta en un producto cuidado que temporada tras temporada va elevando la vara técnica, evolucionando de una manera orgánica gracias a la dedicación de unos realizadores inquietos que saben disfrutar cada etapa del viaje.
La realidad ineludible de este primer año de trabajo continuado es, por supuesto, la pandemia. Haciendo del parate una posibilidad de activar al extremo, las sesiones de BRODA lograron hacerle gambeta al confinamiento, pero también superar las limitaciones geográficas para trascender más allá de la ciudad y la provincia.
Mientras que un feedback positivo llegó desde varios rincones de la Argentina, el interés fue creciendo con cada estreno a medida que se sostenía una reserva sobre el artista que estaba por venir. En épocas de información vertiginosa esa discreción probó ser una virtud para el ciclo: dedicando una quincena a cada acto, BRODA propone una mirada abarcativa que va desde lo estrictamente musical hacia lo más intimista mostrando situaciones más relajadas del artista. La instancia entre sesiones además permite profundizar a quien está del otro lado, otorgando la medida correcta para conectar e indagar por encima de lo presentado.
Chulimane: fuego & beats
Más allá de las cientos de miles de reproducciones que podrían arrojarse sobre la mesa para sacar chapa de su relevancia, Chulimane detenta pergaminos más valiosos que son prueba suficiente de un camino al que siempre transitó algo adelantada al resto de la manada.
Desde 2015 forma parte de la primera generación de mujeres en el Trap en Argentina y toda Latinoamérica. A partir de entonces, la chapa de original le hace justicia sin quedarle grande.
En el 2015 comenzó a girar su material en YouTube, integrando el dúo Trap Queens y su video 8POLVOS. Su apuesta era directa, punchera y con un rapeo veloz desde una garganta que podía ser áspera, picante y cómplice de la fiesta. La lírica ponía en claro un deseo ardiente de independencia, igualdad y empoderamiento. Eso iba derecho para los tipos que había alrededor en la escena al igual que para el resto de la industria. Mientras tanto, en una visión macro, el movimiento de mujeres empezaba a rugir, imprimiéndole un F5 a las calles de todo el país. Con ese doblete de poder en ambos espectros, La Chula fue haciéndose lugar, principalmente saltando desde YouTube a ventanas de celulares, monitores y televisores de ciudades varias.
Con sus tracks esparciéndose la voz empezó a correrse y los cultores del género tomaron nota de su nombre. Antes de la masividad que pondría al Trap como principal motor de la industria, su nombre ya era sinónimo de fuerza, aportando sus rimas en asociaciones con La Joaqui y Polvo de Ángel. Esos recuerdos, que ya forman parte de un legado en construcción, le dan a Chulimane una estirpe propia de quien estuvo allí, fue, volvió y está de regreso para un segundo advenimiento hambriento de sangre y oro.
Los tiempos pandémicos la encontraron produciendo una música que iguala el beat making (y toda la producción) con su impronta frontal y poderosa. A medida que las reproducciones iban creciendo en las plataformas, el encierro potenció la unión con Dagger en el estudio, multiplicando posibilidades y afilando el ataque.
Desde afuera puede leerse una energía de renovación que llegó con el periodo de confinamiento, como si la pandemia puso a Chulimane de frente con una decisión clara (y consciente): ser música y hacer música.
El tiempo en silencio, tanto por la extensa cuarentena 2020 como el hiatus que la trapera se tomó, no fue en vano. El regreso trianguló un encuentro entre el fandom de la primera hora, la gente que se sumó en los últimos 20 meses y la data fresca que Chulimane & Dagger cocinaron a fuego lento.
Su producción reciente advierte que la propuesta fue evolucionando manteniendo una identidad marcada por sinceridad, empoderamiento y actitud explosiva. Los elementos musicales se fueron puliendo: si el trap es la identidad, el ropaje sonoro afiló sus bordes, haciendo la descarga aún más veloz, siendo ideal tanto para la pista con manos arriba como para agitar con una actitud cuasi punk desde el escenario en vivo.
Mientras que La Chula renovó energías también supo direccionarlas logrando que su visibilidad crezca, poniendo su nombre en el juego principal, lista para agarrar lo suyo a medida que se abre camino a puro ímpetu. Si desde 2015 su impronta era pura frescura y espontaneidad, su carta de presentación sigue siendo el desmarque imprevisible que la hace tanto dueña del fuego que escupe como de su carrera que se insinúa en un plano mayor, pero no parece desorientarla ni perderla.
Mientras la segunda ola se siente junto al inminente invierno Chulimane está enfocada en su música. Con una agenda apretada y sin tiempo para desperdiciar planea los movimientos que habrán de venir. KARI$IM4, su última EP, gira en Internet y suena. Mientras tanto, ella promete siempre un poco más.
En Spotify su perfil indica oyentes desde Buenos Aires, Córdoba, Montevideo y La Plata. Por supuesto, su ciudad natal siente el calor de la misma manera. En YouTube, su swing de barrio recibe devoluciones que explotan de otra manera: “jefa”, “la más dura”, “loquísima”, “el único trap que escucho de Argentina”.
Junto a KARI$IM4 llegaron dosis de intensidad que otra vez la confirmaron como una diferente. Fuk Diskeras despacha una serie de beefs rabiosos desde una garganta áspera que golpea con contundencia para pasar al siguiente beat con aire de sobra.
Fuk Diskeras pone un poco de orden en un ambiente viciado donde todxs corren por el oro resignando virtudes valiosas. “No soy famosa y de mi se comenta/Hay muchas loras que cotorrean/Toy con los auris, grabando otro tema/Escribo mis letras, no me coachean/Hay sanguijuelas en todas las disqueras”, dispara. Se trata de una descarga de apenas 60 segundos que se evapora inmediatamente pidiendo repeat.
Las prioridades de La Chula parecen claras: el oro será suyo bajo sus propios términos, saltando hacia adelante con killer beats y una actitud desafiante.
En clave similar las cuatro canciones de KARI$IM4 elevan la apuesta y entusiasman por lo que se está incubando en estos días y promete llegar pronto.
La sesión BRODA de Chulimane entrega una adrenalina verbal magnética. Su sola presencia se apodera de la cámara volviéndola tanto cómplice como voyeur de un acto que casi no tiene pausa. Dagger la secunda tomando el control con unos graves dinámicos que dan forma a la base de las canciones. Disfrutando cada segundo, acompaña palabra por palabra, manteniendo el ritmo de su socia.
Son tres canciones que atrapan y no se sueltan. Sorprende la potencia de Chulimane frente a la cámara. Todo orbita a su alrededor en los shows, por algo es La Jefa, sin embargo, su seguridad escénica parece haber crecido tanto como la apuesta musical. Con los ojos concentrados directamente en la cámara durante toda la sesión, su mirada parece traspasar el medio, interpelando, consumiendo todo el aire del ambiente mientras escupe rimas con autoridad.
Con el estreno de su sesión BRODA este domingo 20 a las 22hs, Chulimane sigue transitando una temporada de estrenos de vuelo alto. Si recomienda volumen alto y si por alguna extraña razón no estás prestando atención, no importa, seguramente La Jefa va a capturar tu atención de una forma u otra.
Por Lucas Canalda & Ph Ferarte