MUG: CANAL DE AMOR Y CONSTRUCCIÓN

El Movimiento Unión Groove propone el STREAMUG, un show que repasa lo mejor del copamiento  musical y afectivo del Anfiteatro Municipal que tomó lugar el pasado mes de febrero.
La cita llega este domingo 25/7 desde las 20hs en su flamante canal de YouTube.

 

En tiempos de confusión, quienes permanecen estáticos agotan sus energías sólo en mantenerse quietos. Pero si aprendemos de ese desgaste, permitiéndonos leer entre líneas de la confusión reinante, cabe la posibilidad de encontrar algo de claridad.
De una semana a otra, la situación pandémica que atravesamos parece cambiar, siempre alterando cualquier perspectiva segura de trabajo a largo plazo.
Pero entre tanto bajón generalizado, es posible planificar un encuentro que reduzca las distancias, permitiendo una celebración con lazos de cercanía simultánea.
Entender las circunstancias para lograr hacer pie es una virtud que el MUG alcanzó (o destrabó) hace tiempo. De cara a una primavera que reactive al cordón musical, este domingo se invita al STREAMUG, ¿show? ¿transmisión? ¿evento? ¿todo eso junto?, un encuentro con sede en YouTube con el objetivo de financiar el próximo gran festival del MUG.

 

AHORA

El Movimiento Unión Groove, informalmente conocido como MUG, es el colectivo artístico de mayor crecimiento de la ciudad de Rosario y del litoral argentino, debido a un trabajo uniforme en los últimos cinco años.
Arrojadxs a una serie de objetivos claros, con herramientas, corazón y cabeza, el MUG fue obteniendo resultados interesantes que difieren de lo que la industria considera exitoso.
A pesar de la situación compleja que atraviesa el circuito musical en Rosario y la provincia de Santa Fe (a nivel nacional cada provincia experimenta una situación diferente. Salta, por ejemplo, navegó la situación con mayor fortuna) el colectivo sigue adelante en su misión de construcción autogestiva y música para todos los cuerpos necesitados de calor y sentimiento.
Ahora que la combinación de invierno y pandemia aprieta fuerte el MUG presenta un evento sabiendo adaptarse a los tiempos que corren. El STREAMUG llega este domingo 25 de julio, a las 20hs, a YouTube proponiendo un show de música, sorpresas y una compañía que acorte las distancias.
La transmisión tendrá una duración de tres horas, durante las cuales el MUG brindará el servicio de delivery de comida y bebidas junto al bar Bon Scott y la bodega Otro Loco Más.
Con La Negra Sound y Tatiana Delacour como anfitrionas, la propuesta consta de un streaming producido por un selecto equipo de realizadorxs con imágenes del ANFIMUG que tomó lugar el pasado mes de febrero cuando todas las bandas del colectivo coparon el anfiteatro Anfiteatro Municipal Humberto de Nito.
Esa noche de festival veraniego hubo una apuesta que resultó correspondida en todos los frentes. La química musical especialmente preparada para el festival tuvo una respuesta concreta del público, que desde temprano llegó al anfiteatro, entendiendo las necesidades de un protocolo sanitario propio del contexto covidiano.
Con más de 30 músicos desfilando por el escenario, en las gradas tanta dedicación se vio correspondida: se vendieron 1300 entradas y se recaudaron unos $30.000 extras con la “gorra” que recibió dinero de la gente.
Con música, convocatoria, afecto y horizontalidad, la noche fue una verdadera fiesta popular, algo que extraño en el raro período que atravesamos.
Por encima de los números, los titulares y decenas de postales que impactan, debe destacarse un punto: el ANFIMUG significó trabajo para muchas personas del ámbito recitalero.  Detrás de escena, un equipo técnico de 60 personas hicieron posible que el público disfrute de manera impecable cada uno de los shows presentados. Con semanas de logística y planificación, más el desempeño de ese día extendido (se trata de horas y horas previas a la apertura de puertas más otro tanto cuando las luces del escenario se apagan), el ANFIMUG significó trabajo e ingresos para casi un centenar de personas.
Con el circuito cultural independiente atravesando una situación gravísima y con la mayor parte del circuito cultural autogestivo bregando por una discusión a gran escala sobre políticas culturales de la ciudad, observar los números que generó el ANFIMUG echa luz sobre varios puntos:
– Otra realidad es posible para la movida independiente.
– La música no necesariamente tiene que estar atada a la nocturnidad.
– El circuito autogestivo es responsable del ingreso sustancial de cientos de familias, conformándose como un circuito productivo posible si las políticas públicas reales apoyan y estimulan.
– El movimiento cultural rosarino nace, crece, se desarrolla y se expande por fuera de los medios de comunicación mainstream de la ciudad, respondiendo a una lógica de expansión comunitaria que toma lugar fuera de los focos principales que continúan proponiendo (y alimentando) el porteñocentrismo.

 

AYER

Siendo el colectivo de mayor crecimiento en una ciudad que va perdiendo mientras sus calles se transforman a la velocidad de los edificios y las torres, sorprende el dato que la mayoría de los espacios que albergaron la prehistoria de semejante unión ya no existe. Las paredes que supieron contener primeras risas vinculares y primeras zapadas, son parte de la historia. Pero no es tiempo para lamentarse: entre tantas demoliciones, el germen creativo sigue adelante, multiplicando sus frentes.
Lo que ayudó a cimentar al primer bosquejo del MUG fue Casa Huayra, un espacio de un encanto tan indefinido como su propio rubro: mixtura entre múltiple sala de ensayo, centro cultural, espacio recreativo de tardes y noches infinitas donde diversas expresiones supieron encontrar un hogar para crecer.
“Re ayudó al principio de todo. Fue un espacio físico en común, nos encontrábamos todas las bandas. Había un funcionamiento cooperativo y comunitario. Fue salir del ensayo y ponernos a charlar. Cruzamos información, empezamos a encontrarnos”, observa Camilo Corradín, integrante de Calíope y los Cortito & Funky.
Para el MUG, ese espacio fue tan fundamental como las jams de Club 1518 (RIP) o los encuentros iniciáticos en La Chamuyera (RIP) . Entre ensayos, simplemente charlando, o compartiendo una cerveza fría o una fumata colectiva, lxs músicxs se relajaban, siempre tocando un sinnúmero de tópicos. Palabras más, palabras menos, algo era ineludible: la situación laboral que se sostenía con precariedad, pésimos tratos, pagos a 90 días (con suerte) y un manoseo ético que involucraba a toda la incipiente movida.
A medida que los vínculos se profundizaron, la problemática empezó a observarse desde una perspectiva laboral. La situación era compleja y, entre desidia del Estado y oportunismo por parte de las productoras, era fundamental frenar semejante involución laboral.
“Luego de renegar cada banda por su lado, nos cansamos. El mismo productor o la Muni nos llamaba por separado y ofrecía un cachet diferente, siempre bajando la plata”, cuenta Corradín.
El trato condescendiente terminó siendo un error crucial tanto para promotores del sector privado como para funcionarios estatales (de Provincia y de Ciudad): transitando la subestimación constante nunca supieron ver que en una misma tarde ofrecían tratos pésimos a unas ocho bandas diferentes de las cuales 6 ensayaban en el mismo lugar, muchas veces el mismo día. Con intercambio de información y el acercamiento entre pares, la consciencia mutó hacia un esfuerzo común: un primer bastión había surgido, todavía sin nombre, pero con claras ideas de resistencia.
“Pensamos de otra manera a partir del encuentro”, señala Corradín. “En lugar de quedarme con una fecha o con una data, qué tal si la comparto con otra banda, recuerda. “De 2016 a 2018, todo se iba comentando cada vez más. Así llegamos a organizarnos bien. El respeto prosperó junto al trabajo común”, concluye.

AHORA

El apoyo constante que reciben como colectivo va más allá de lo ético y estético: el MUG supo afianzar su vínculo comunicando con sinceridad y frescura. Mientras que las gacetillas ampulosas están a la orden del día, queriendo trazar discursos de humo donde no pasa absolutamente nada, el colectivo groovero se expresa con claridad, evitando el doble discurso o los recursos bombásticos.
En ese sentido, Ani Bookx explica que siempre se hizo hincapié en una comunicación sincera, libre de distorsiones y filtros.  “Es la mejor forma, siempre”, asegura. “Eso se percibe y se acompaña. La idea es clara: estamxs todxs en esto. Vos sos parte viniendo. Eso se palma, se comparte, es algo hermoso y gratificante”, concluye.
La horizontalidad del trabajo cotidiano alcanza lo comunicacional, pero también se percibe con claridad y admiración por sus pares del circuito musical de Rosario. El crecimiento sostenido con ideas claras y objetivos puntuales logra un respeto que trasciende lo generacional y lo estético. En ese sentido, el respeto que inspira la construcción del MUG merece palabras cálidas desde artistas como Juani Favre, alguien de frondosa experiencia en trabajo horizontal como integrante histórico y fundacional del colectivo Planeta X hace más de 20 años atrás, hasta jóvenes revelaciones locales como la cantautora Ele Mariani, una declarada admiradora que observa con atención los movimientos del circuito groovero.
En una realidad compleja que combina el escenario deteriorado de los últimos años, crisis económica, pandemia y hostilidad municipal, la resistencia del MUG ante semejantes embates no pasa desapercibida para nadie. El pasado mes de abril, cuando llegó la segunda ola de COVID, generando el cierre de las salas por prevención sanitaria, el joven productor Martín Miguez, integrante de Jimmy Club, Gladyson Panther e Imaginario, además integrante del colectivo NÚCLEO, observó en un tuit: “A los primeros que nos cortan las piernas con las restricciones es a quienes vivimos de la industria cultural. Me molesta un montón, pero en toda la pandemia el único movimiento que se organizó como corresponde fue el MUG. El resto no hizo absolutamente nada”.
Entre frustración y catarsis, Miguez señala una realidad: en un periodo difícil, el MUG fue el único colectivo rosarino que supo responder con madurez ante la incertidumbre del panorama. Manteniendo su pata combativa de reclamo y lucha, también procuró alternativas de organización para poder seguir la actividad. Donde hubo espacio, encontraron la oportunidad. De esa forma, entre otras cosas, salió el festival en el anfiteatro.
Si desde sus primeros días hasta ahora el MUG supo presentar batalla a la combinación de golpes aplastantes que sufre la movida rosarina (inflación, desinterés legislativo, burocracia municipal, macrismo, pandemia) fue porque entendieron que su rol en esta aventura va más allá de su producción como artistas. A veces, tal vez, se trate de algo más que hacer una canción, lanzar un disco y hacer 100 recitales: el escenario de precarización y de constante pauperización necesita de un involucramiento diferente, que apuntale un trabajo de construcción horizontal y donde se priorice la noción de trabajadorxs de la cultura por encima de la vanidosa (y siempre engañosa) cualidad de artista. Puede que allí resida la capacidad de reacción y resiliencia del MUG. Entender eso, plantarse como laburantes ante toda instancia, fue clave para sostenerse ante los tiempos adversos que están lejos de terminarse.
Los vestigios del triple punch macrista-municipal-pandémico se presentan óptimos para la reconstrucción. Habitamos un tiempo donde se hacen imprescindibles nuevas formas para imaginar (y posibilitar) otro comienzo, un capítulo que deje atrás los padecimientos de 20 años (o más). Proponer es una tarea urgente. Dar la discusión es igual de prioritario que dar pelea. De esa discusión depende la organización y el crecimiento El MUG supo darla puertas adentro para luego salir a elevar esas inquietudes en una discusión mayor que involucra a todas las partes del circuito cultural de la ciudad. En eso andan, todavía.

DOMINGO

El evento del domingo es relevante por dos aspectos: En primer lugar, un reencuentro con su público luego de varios meses con las salas cerradas. Una conexión directa, al menos a la distancia, se torna necesaria para mantener el fuego encendido. Por otra parte, la transmisión del festival significa un paso certero para lograr una sustentabilidad para el próximo encuentro masivo con su audiencia, ya pensando en un circuito algo “normalizado” para una primavera que está a apenas dos meses de distancia.
De acuerdo a sus palabras en el comunicado emitido en ocasión del festival: “buscamos mejorar nuestras condiciones laborales y aportar una opción diversa, sustentable y democrática para la escena de la ciudad de Rosario”.
Finalmente, invitan: “Sumate y bancá esta gesta cooperativa y comunitaria para activar y hacer crecer la cultura rosarina”.
Para el show del domingo por la noche, La Negra Sound y Tatiana Delacour serán las animadoras tomando el control de la pantalla en vivo, repasando aquella inolvidable ocasión y agitando.
Además de las anfitrionas, conduciendo entre canciones y avivando la propuesta gastronómica, el STREAMUG propone el estreno de un material inédito que a partir de esa noche quedará disponible para el disfrute a criterio. Según el MUG, “para que puedas volver las veces que creas necesarias a esa increíble noche de hazañas y disfrutes que compartimos en febrero”.
Se trata de un evento que invita a participar a toda la comunidad desde el canal más sintonizado en el planeta: YouTube. La transmisión es gratuita, pero quienes lo deseen podrán colaborar mediante transferencia bancaria o mercado pago.

 

Por Lucas Canalda
Fotografías de Mariano FerrariFerarte

 

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