Mingus Motion clausura la sexta temporada de BRODA.
El estreno llega este domingo a las 20hs por YouTube.
Entrevista exclusiva.
Todo concluye al fin. Nada puede escapar. Todo termina. Un lugar común a la hora de las despedidas que, sin embargo, contiene la sensación correcta de despedirse.
El preámbulo introductorio se debe a que la sexta temporada de BRODA llega a su final.
La conclusión de una temporada breve pero intensa, que escaló fuerte en aspectos técnicos y en el factor sorpresa, llega casi como una declaración de principios en sí misma.
El episodio protagonizado por Mingus Motion, un proyecto alternativo comandado por dos talentos de la escena groovera, logra uno de los objetivos fundamentales que se propuso el ciclo: presentar novedades recién llegadas ante audiencias amplias.
BRODA sabe que no hay nada peor que dormirse en los laureles. El ciclo se propone seguir caminando hacia adelante. En ese sentido, es fundamental presentar nuevos proyectos y sonidos que el día de mañana, quizás, sean nuestros favoritos.
La sexta vuelta de BRODA trae a colación un interrogante: ¿cuán necesario es conocer música nueva?
A la gente le encantan las cosas que ya conocen. Es una máxima demasiado obvia, basada en la seguridad: un circuito de retroalimentación positiva tan viciado como el aire de micro de larga distancia. Nuestros cerebros cambian a medida que reconocen nuevos patrones del mundo que habitamos, algo que nos hace seguir creciendo.
Introducir nuevos artistas y nuevas canciones aumenta la plasticidad de nuestros cerebros.
La neuroplasticidad, como recordatorio, se refiere a la capacidad del cerebro para reorganizarse formando nuevas conexiones neuronales a lo largo de la vida.
¿Por qué querríamos esta reestructuración desde el principio? Porque un cerebro que se está reorganizando constantemente también es más resiliente. Cuanto más logremos la neuroplasticidad, más probable será que recordemos cosas, aprendamos nuevas habilidades, nos adaptemos a los entornos y prevengamos el deterioro cognitivo.
Es un montón lo que nos da BRODA apostando a la nueva música.
Enhorabuena.
Mingus Motion está integrado por Diego Piwi Savioli y Gwido Cirioni. Ambos crearon y desarrollaron un proyecto por necesidad: darse ciertos gustos. Tocar por tocar. Zapar por zapar. Flashearla para ver adónde terminan. Que guíe la música. El destino no está asegurado y por ahí para la aventura.
La dupla no deja nada librado al azar. Ambos tocan, producen y arreglan.
¿Qué proponen desde Mingus Motion? Un virtuosismo de pulso humano procesado a través de capas de french house que fluye entre patrones cambiantes y una soltura groovera.
A diferencia de las sesiones previas, con Caliope y Chokenbici, donde el movimiento provenía en gran parte de los cuerpos de los músicos, ahora la cámara se ve obligada a un dinamismo cinematográfico que se vuelve protagonista.
El desarrollo musical, mientras tanto, persiste sin pausas, quebrando y permitiendo un baile envolvente.
La fusión de elementos de música disco, funk y house confiere al grupo una energía sostenida desde un pulso chill. Nadie desespera. Nadie corre. Es clave respirar y dejarse llevar.
De cara a un 2025 con más toques, planes de editar material y apostar por formatos cambiantes, los creadores de Mingus Motion conversan con RAPTO, arrojan luz sobre una idea que germinó por encima de la idea inicial.
-El proyecto apareció y enganchó de inmediato. Creo que, más allá de lo estrictamente musical, hubo un atractivo especial basado en el disfrute de dos ñoños de la música.
Se siente que es un proyecto del corazón para darse ciertos gustos.
Gwido: Es muy liberadora esta aventura. Totalmente. En mi caso, lo siento súper liberador, súper natural. Si bien el house no es un estilo que haya tocado mucho antes, lo estamos fusionando un poco con jazz, y bueno, eso le da un poco de naturalidad. Hay algo ahí, creo.
Más que nada yo que estudio mucho ese estilo. Creo que lo siento sincero al proyecto, eso le da un poco de frescura.
-Cuando estaban grabando ustedes mismos se preguntaron cómo ocupar el espacio. Por un lado, tienen un montón de libertad musical. Sin embargo, también tienen que llenar todos los espacios ustedes dos, mientras tocan varios instrumentos.
¿Cómo manejan eso?
Piwi: Estamos un poco ahí, en la búsqueda. Todavía estamos armando un poco el formato. Vos pensá que esto empezó ahí en un escritorio, los dos sentados y tocando. De repente lo llevamos al vivo, lo llevamos a un escenario, y resolvimos como pudimos.
Todavía quedan cosas por resolver. Ciertas partes. Por ejemplo, qué mostramos hacia afuera. Personalmente, un poquito de RAM me come eso.
Pienso, che, capaz estoy tocando bien, pero estoy medio duro, estoy medio encorvado, encima yo siempre estoy encerradito en el estudio, re encorvado el loco.
Gwido: Un poco el plan de proyecto a futuro sería quizá hacer sesiones con otra gente, viste, como ampliar para llevarlo a banda, después volver a lo que somos los dos como núcleo, y jugar un poco con la formación, viste.
Capaz que puede aparecer una batería o un cantante o algo así, pero de todas formas yo creo que no nos hablamos mucho con cumplir el espacio de banda, sino que estamos apostando a algo, no sé, híbrido, entonces como que tenemos lo que hay y nos ampliamos de esa forma, viste, no hay más que eso.
-¿Qué pasa cuando un proyecto que era darse un gusto, pega y tiene demanda? Mingus Motion tiene demanda. A la gente le gusta. Se multiplican las fechas.
Piwi: Creo que es una formación práctica y la música es bienvenida. Por lo menos en todos los lugares que tocamos hasta ahora, la gente lo recibió muy bien y se prendió. Hemos tocado, no sé, al atardecer en Uruguay, por ejemplo, o el otro día tocamos en La Sala de las Artes, y estuvo bárbaro. Estamos apuntando a eso. Ni siquiera tenemos un material propio, estamos justamente generando nuestro primer EP, que apuntamos a que salga acá a dos meses, como para ir también sentando un poco de base en la música que hacemos.
Desde el seno de BRODA, es Marianela Menelli, productora y gestora cultural, quien se refiere a la conclusión del 2024 y lo que habrá de venir en el futuro inmediato.
“El balance de la sexta temporada refuerza la importancia de seguir generando piezas audiovisuales que acompañen y potencien la escena musical de Rosario. Nuestra escena tiene sus características identitarias particulares, muchas veces inentendibles para el resto del país”, señala.
“Nuestro balance es positivo, dado el contenido y material que pudimos realizar, con una calidad con estándares industriales”, agrega Menelli.
“Entre esas preguntas, aparecen cuestiones sobre cómo está posicionada la música local a nivel nacional y en el mainstream. Tal vez hay un reconocimiento de colegas, pero no tanto de una industria establecida que no mira a Rosario como sí a otras ciudades”, analiza.
A propósito del inminente 2025 y la posibilidad de una nueva temporada, desde la producción afirman que “esperamos seguir desarrollando producciones propias desde BRODA, creando estrategias para lograr traspasar esto que llamamos underground”.
En ese sentido, Menelli detalla que “necesitamos superar las posibilidades de crecimiento de la productora”.
“¿Hay un sello en Rosario que pueda alojar nuestras propuestas musicales que tienen la necesidad de crecer a nivel nacional? La pregunta principal es esa, creo. Hay algunos proyectos que están muy cerca de dar un salto, sin embargo, todavía no pueden”.
“La certeza de BRODA es que estamos listos para acompañar ese estallido. Ahora bien: ¿el ecosistema local está listo para dar ese salto? Las recientes experiencias de sellos independientes tienen la pata audiovisual muy fuerte, trabajando desde el mismo interior del sello, porque se entiende que la música está llegando a través de los ojos. La gran pregunta para 2025 es esa”.
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