El ciclo audiovisual producido por Nymbus, Fango y Mariscal Media comienza una nueva temporada con una sesión del tecladista Agustín Pérez y una banda estelar.
Luego de un 2020 donde se consagró como el ciclo revelación de la región, BRODA arranca una nueva temporada con el desafío de mantener el alto nivel logrado capturando las nuevas olas musicales rosarinas.
La nueva temporada viene cargada de un vértigo que en los próximos días empieza a fluir. Nasir Catriel, Fasciolo, Ana Lola, China Roldán, Mai Robledo, Amarú, Cinturón de Bonadeo y Mutu: la diversidad seguirá siendo el norte de la producción llevada adelante por las productoras Nymbus, Fango y Mariscal Media.
2020 encontró a BRODA descubriéndose como una cápsula de elegancia refrescante en medio de un periodo complicado debido a la cuarentena y al distanciamiento. En ese contexto incierto, el universo de BRODA otorgó un oxígeno necesario entre tanta claustrofobia. Con sonidos de rap, R&B, funk, electrónica experimental e indie pop, BRODA capturó un fuego que se hizo sentir en los momentos más necesarios. Con los escenarios imposibilitados de trabajar, el público lejos de lxs artistas y lxs cuerpxs en una quietud apabullante, el envío quincenal fue un aliciente esperanzador: todavía era posible vibrar en sintonía más allá de los kilómetros de distancias:
Además de significar resistencia, BRODA se transformó en un satélite rosarino ante el resto del mundo. Con una producción audiovisual de primer nivel, las sesiones se viralizaron por las redes sociales expandiendo tanto la data como el deseo caliente de una escena en constante ebullición. La magia pronto se expandió más allá de la ciudad, alcanzando oídos atentos en varios puntos de Sudamérica. Finalmente, BRODA trascendió hacia otras plataformas, desembarcando en Spotify con varias sesiones.
Pero los laureles conseguidos el año pasado son tanto crédito como presión para BRODA: luego del nivel desplegado, ahora la producción tiene la ardua tarea de continuar con semejante muestra de calidad mientras evoluciona y cosechando una nueva audiencia. Suena intimidante, sin embargo, la respuesta de evolución, crecimiento y excelencia reside en los mismos impulsos que caracterizaron a BRODA desde el inicio: curiosidad, delicadeza estética y un deseo genuino por compartir las nuevas olas subterráneas de una ciudad magnética.
El equipo está listo luego de un verano de descanso y renovación. Con una logística que apuesta a un año consagratorio donde las fronteras sigan transformándose en puentes, BRODA va por más, abrazando a una nueva camada de artistas. Con las energías recargadas y una data fresca, BRODA pide pista para otra temporada de grandes sensaciones.
Agustín Pérez es un tipo activo. Eso es dato, no opinión. Además de formar parte de Cortito y Funky y Calíope, dos de los grupos más incendiarios de la movida local, el año pasado el tecladista arrancó una faceta solista con el lanzamiento de dos EPs: R&B 2020 y Derramé | New Age. Ambos lanzamientos fueron gestados y publicados durante el extenso periodo de inactividad que acabó recién a finales de año.
Sin desperdiciar el tiempo, Pérez hace lo que mejor sabe hacer: música, siempre música. Ocupando sus días entre canciones de diferentes grupos, la energía fluye siempre reservando alguna sorpresa. En ese sentido, luego de un tiempo largo parado, el veranito recitalero trajo muchas novedades para Agustín, entre ellas, la doble oportunidad de brillar con una sesión de BRODA y un show en el anfiteatro del Centro Cultural Parque España.
“Actualmente estoy estudiando la Licenciatura en Educación Musical, trabajo dando clases de piano, voy al gimnasio y juego al basquet”, cuenta el enérgico Pérez.
“Intento repartir un día para cada proyecto y ser lo más organizado posible con los horarios para no fallarle a nadie. Aunque la mayoría de las veces se termina superponiendo todo y meto doble ensayo, doble estudio, no me quejo”, explica sobre una agenda apretada con tres proyectos musicales diferentes y una vida personal.
Con hábito cotidiano y de entrecasa, Peréz se enfoca en las canciones, haciendo música quizás sin tanta consciencia sobre el destino final de lo que va creando. El joven tecladista graba sin necesidad de etiquetar o decidir desde el primer impulso si lo que va llegando es para Cortito, Calíope o para su camino en solitario. Es un fluir libre de etiquetas, género o marcas registradas.
En otras ocasiones, por supuesto, la conciencia sí está enfocada, componiendo y grabando con un proyecto en mente. De esa forma, va contemplando la instrumentación y el toque de cada banda.
El año pasado Pérez publicó R&B 2020 y Derramé | New Age. Ambos trabajos poseen una atmósfera particular, lograda por mixar elementos de varios estilos en pos de un resultado ambiental. De acuerdo a la palabra de Agustín, el logro se debe a múltiples referencias. Sus canciones no se limitan a expresar influencias o curiosidades estrictamente musicales. Su joven obra se siente más como un cruce de ingredientes donde el arte y la pulsión personal se cohesionan.
“Todo salió de descubrir nuevos artistas en los que me siento identificado en lo musical y también de que me pasen secuencias buenas y malas en el día a día”, cuenta con honestidad. “Muchas veces me cuesta poner en palabras mis problemas y mi inconsciente lo canaliza y traduce en forma de música, por eso me encanta hacer música espontáneamente y respetar lo que sale en ese momento. R&B 2020 lo hice inspirado en el neo soul, vengo escuchando neo soul hace bastante y es uno de los géneros que más disfruto de tocar y escuchar a diferencia de Derramé | New Age que son experimentales e instrumentales y surgieron en plena pandemia en una búsqueda de sonidos con sintetizadores y una búsqueda melódica”, detalla el joven artista.
-¿Era simplemente un pasatiempo para sobrevivir a la cuarentena o andas buscando algo en particular?
Hace tres o cuatro años estaba en una búsqueda, hoy ya no. Ahora siento que estoy en una misión, que de por sí es bastante grande y me va a llevar tiempo, pero me siento listo. Mi meta ahora es grabar tres discos más, que ya están compuestos y únicamente falta grabarlos en un buen estudio orgánicamente. Después de eso, si todo marcha bien, quisiera salir a tocarlos por toda Argentina.
– Ambos trabajos fueron elaborados en soledad, con vos cubriendo casi todos los roles.
¿En vivo cómo se transforma esa música? ¿Qué posibilidades te da tocarlo con una banda?
En vivo se transforma para mejor, tocarlo con banda es super enriquecedor por el hecho de cada integrante puede aportar un poco de su estilo y visión de ver lo establecido y se forma algo buenísimo. Los pibes saben mucho.
En la sesión de BRODA Pérez se encuentra acompañado por escuderos del primer nivel de la movida groovera local: Diego Savioli en guitarra, Saverio Cabello en batería, Ignacio Seret en teclados y Ari Core en bajo. El estreno del domingo auspicia una temporada con sangre nueva y ganas de descubriendo la data que fluye por la ciudad.
Cauteloso al momento de comentar la sesión registrada, Agustín anticipa lo que está por llegar sin spoilers. “Para BRODA preparé R&B 2020, mi primer disco solista“, señala, entrando en calor.
“Tenía muchas ganas de sacar un material audiovisual y se dio justito lo de BRODA. Apenas me llegó el mensaje de invitación armé la banda con músicos amigos que quiero y admiro mucho”, comparte.
“Al toque se dio la química musical sin haber tocado nunca. Realmente siento que fue algo increíble lo que se gestó y me alegra mucho que compartamos la misma energía, predisposición y que tengamos muy en claro como queremos sonar”, concluye.
Lucas Canalda + Nadia Colombero
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