MARK OLIVER EVERETT: “ME PREOCUPA OTRO GOBIERNO DE TRUMP”.

Eels está de regreso, exhibiendo gran forma de camino a sus treinta años. Eels Time! es un disco con canciones acústicas cálidas cortesía de un Everett inspirado por el amor y su paso voluntario por el quirófano.
Entrevista exclusiva desde EEUU con el siempre excéntrico músico y escritor.

 

En junio de 2024 llegó Eels Time!, el nuevo trabajo de estudio de la banda liderada por Mark Everett. Poco tiempo antes de la fecha de lanzamiento, el compositor, escritor y actor ocasional también conocido como Mr E cancela, de manera reiterada, tres jornadas de prensa internacional. A veces con remediable anticipación, otras apenas unas pocas horas antes, pero siempre pateando para adelante los compromisos referidos a su flamante material.
Las postergaciones significan tres semanas. Una cancelación atrás de otra que se traduce en un mes.
Reprogramación mediante, cuando finalmente llega la hora señalada, uno mira el teléfono esperando avisos de último momento. Sin embargo, no sucede nada de eso. Ocurre, una sorpresa: Everett aparece ocho minutos antes de lo pautado, conectándose para escuchar preguntas y hacer su mejor esfuerzo en responder. 
“Siempre fui un tipo puntual, creo”, advierte desde el vamos. “De todas formas, deberías preguntar a la gente de mi entorno, a ver qué te dicen ellos”.
“La puntualidad no es muy rock and roll, pero acá estoy, listo para responder. Es una linda tarde para escuchar preguntas a la distancia”.
¿De qué se trata esa linda tarde californiana para Everett? “Algo de sol cálido, poco ruido y gente que pasea sin rumbo aparente”, cuenta, con una diligencia que sorprende.
¿Acaso esa sintonía relajada puede transmitirse a sus canciones? ¿Podría ser Eels un relajado grupo californiano de sol, playas y montañas? ¿Podría la neurosis dejar paso a un bronceado despreocupado? “Creo que lo nuestro es más bien la imaginación. California está presente desde otro lado. Sí el océano, creo. También la comunidad. El resto viene de adentro”, considera, sin correrse del tono amable. 
La excusa de la comunicación es, por supuesto, el ya mencionado Eels Time! Sin preámbulo alguno, la situación demanda acción directa. Esto es: zambullirse en el nuevo disco y en la actualidad del siempre esquivo Everett. 
El lanzamiento de este trabajo, su decimoquinto álbum de estudio, llega tras un periodo ajetreado, luego de una extensa gira titulada Lockdown Hurricane que llevó a Eels por Europa y Estados Unidos.
Discretamente acercándose a las tres décadas de vida, el grupo liderado por Everett no muestra señales de abandonar el deseo de hacer canciones. Mientras los discos siguen llegando y las giras, de mayor o mediana envergadura, acercan al público, la banda promete seguir dispensando neurosis, épica intimista y muecas sarcásticas. 
Eels Time! tiene canciones contemplativas que nos reúnen con el Everett más significativo: aquel que baja de sus neurosis, pone los pies sobre la tierra y despliega letras sensibles e inteligentes, entre un humor áspero y cierta romantización de la resignación humana-terrenal. 
En este nuevo disco hay una línea temática principal. Everett se enfoca en la madurez que viene con la middle age.  La apuesta toma otro color dado que el amor, inesperado, llega para atravesarlo todo. 
El Everett enamorado se manifiesta en canciones melosas y melódicas como «I Can’t Believe It’s True» o «Song for You Know Who»
Las canciones rockeras parecen sobras del periodo estético anterior, así como también del tiempo de giras, bajo la necesidad de sacudirse la modorra pandémica. Si bien simpáticas, son olvidables. Con todo, aquellos que aman a Everett en su forma más contemplativa encontrarán mucho para disfrutar en Eels Time! 

A priori, el paso del tiempo y la edad son protagonistas. En realidad, el foco está puesto en el cómo. Se trata de cómo lo afronta, cómo lo expresa, cómo lo siente.
Everett abraza cierta apacibilidad que está más relacionada consigo mismo que con la edad: en «Time», desde un plan acústico, comparte esa calma actual de su espíritu.
Cuidado. No es Everett siendo literal ni lineal: son narrativas que usan la canción como medio. La proyección del personaje E es constante. Se borronea la línea. Everett es E. E es Mr E. Eels es Everett. ¿Everett es solo Everett?
“Querido Dios, puedo quedarme”, canta en la canción mencionada anteriormente, con una aceptación apacible que parece un resabio de su reciente experiencia en el quirófano, en una operación que le salvó la vida después de que se le descubriera un aneurisma en la aorta durante un chequeo de rutina.
Everett está bien. De vuelta en forma, dice. Lo asegura dos veces. Para que no queden dudas describe con detalle el procedimiento, utilizando cierto lenguaje metodológico médico. Habla de la cicatriz que le quedó, además. Todo lindo, pero volvamos a Eels Time! 
En el revoltijo de sensaciones que pasaron junto a la operación la música estuvo presente. También estuvieron su hijo y un nuevo amor. El recién llegado álbum condensa parte de esas sensaciones encontradas, entre el júbilo de seguir con vida para saberse amado y lo intimidante de entender que la vejez se acerca, amigable, mientras uno intenta descifrar de qué va todo.
Algunas canciones elevan interrogantes sobre la vida: no tanto en clave existencialista, en todo caso se trata de paciencia para encontrar una iluminación que quizás nunca llegue. Al final, pareciera que la clave es la paciencia en sí misma. El resto llega a partir de allí.
Everett se adentra en un escenario que jamás imaginó: ser un tipo mayor.
Tiene 61. Es padre. Está enamorado. La música, al igual que la neurosis, lo atraviesa todo. Su hijo cada día agarra más confianza con los instrumentos que encuentra en casa. Su nueva pareja inspira canciones frescas y, quizás, hasta novedosas para Eels: celebrar el amor desde la correspondencia, la armonía y el equilibrio.
Con todo, la cabeza nunca deja de funcionar, ni de rumiar. ¿Everett sabe cómo vivir con todo lo bueno que le pasa? ¿Puede contener demonios? ¿Puede sobreponerse a la sombra de su padre, quien murió a los 51 años? ¿Puede Mark aceptar, sin culpa ni desorientación, que hace una década que sobrepasó la vida de su padre para ser su propio hombre?
Everett hace gala de los aprendizajes que llegan con la experiencia. Tiene algunas certezas que le son suficientes por ahora. De eso trata Eels Time! De aceptación y apacibilidad.  

-La mayoría de las canciones del disco son acústicas. Con todo, esa sonoridad acústica no las hermana: el vínculo en común que tienen es cierta intimidad reveladora.
¿Acaso fue una decisión premeditada?  

Fue muy espontáneo. No estaba pensando en qué tipo de álbum estaba haciendo. Solo iba canción por canción, al principio. Esas canciones acústicas, la mayoría, fueron saliendo con naturalidad. No había una meta puntual. Me pregunto, cuando te escucho, si hubo algo adrede, de forma subconsciente. No creo. 
El anterior fue más de rock. Tal vez hay algunas más acústicas en este disco. A veces es una reacción natural hacia lo que antecede. Sin embargo, ahora que lo pienso, puede que haya algo de continuidad de una canción a otra. Viste lo que dicen: una cosa lleva a la otra.  

 -Te gusta usar la perspectiva de tercera persona para contar una historia. ¿Por qué seguís eligiendo esa perspectiva después de tantos años?  

¿Por qué? Es para simplificar las cosas. Esa es la respuesta correcta. Para mí es la manera más efectiva de contar una historia. Eso cuenta para los libros también. La narrativa de primera persona es más conveniente, quizás. Pero prefiero moverme. En lugar de cantar una canción y contar una historia siendo un narrador neutro, en lugar de decir que soy Johnny o Carol (procede a improvisar y entonar una melodía usando esos nombres) tengo la oportunidad de proyectar más.
Estoy contando su historia desde mi punto de vista. Creo que es más conveniente contarlo así. Esa historia no es la mía: soy el creador, pero se trata de la historia de otros. Esa perspectiva te desliga de ciertas responsabilidades, además. Me refiero a que la gente tiende a pensar, por defecto, que la canción en primera persona trata sobre uno, lo que es un error común. Narrando desde la tercera persona es más sencillo que la canción se despegue de uno. Puede que la gente la acepte como un cuento de esos que escuchábamos de chicos, antes de dormir, o que leíamos. 
En ese sentido, no creo que mi perfil como escritor, por decirlo de alguna manera, haya afectado ese uso de perspectiva. En todo caso, me lo aseguró.  

 -Mi siguiente pregunta tiene que ver con tu adolescencia. Me disculpo si estoy entrando en un territorio peligroso. ¿De adolescente imaginaste que ibas a dedicarte a la música? 

No. Sinceramente, no pensaba demasiado de adolescente. Sin dudas tenía intereses puntuales, casi los mismos de ahora: libros, cine, discos, descubrir bandas, la gente inteligente. Pero creo que era una persona que sentía cosas más que pensar acerca de mí mismo, ¿me entendés? 

-Entonces asumo que nunca llegaste a imaginar que algún día llegaría el momento en el que escribirías canciones desde la perspectiva de un hombre de edad madura. 

No. Cuando era joven no imaginaba que llegaría a ser un hombre de mediana edad. Siéndote sincero, nunca pensaba demasiado hacia adelante. Ni en mi adolescencia ni en mis veinte. Sorprende llegar a esta edad. Pero también me sorprende pensar desde esta edad, ¿me entendés? Porque mi padre murió algunos años antes. Esa perspectiva te ubica en un lugar extraño. Definitivamente te da mucho para reflexionar. 
Creo que ya estoy arriba de la middle age. No puedo creer que haya llegado a los 61. Seguimos acá, después de todo. 

-Luego de la pandemia fuiste en un tour muy extenso. Volviste a reunirte con tu público en varios países. Fue tu primer tour siendo un hombre con presencia en Instagram, una faceta que descubriste justo en medio de la clausura sanitaria.
¿Crees que estás entrando en un nuevo ciclo de vida para tu público? ¿Estás conectando con nuevas audiencias?  

No lo sé. Me estuve preguntando lo mismo a partir de ciertas experiencias en redes sociales. O quizás eso viene sucediendo y recién lo aprecié cuando volvimos a tocar.  No lo sé -piensa un segundo- Siento que somos muy afortunados de ser una de esas bandas en las que ves personas más jóvenes, a veces, en el público. Ves personas viejas, medianas, jóvenes. Es genial que toda la familia pueda salir. Eso no quiere decir que seamos un éxito de boleterías, pero se siente bien saber que tenemos una llegada siendo nosotros mismos. Me siento genial. Soy afortunado. Todo sigue funcionando.  

-En los años 90, durante los primeros días de EELS, generalmente hacías prensa para los Estados Unidos y unos pocos países de Europa. Ahora cada nuevo álbum requiere de hacer prensa en una escala más amplia para una variedad de países con diferentes lenguajes. 
¿Es extraño pensar en EELS como un proyecto con fandom internacional?

Es interesante ese punto. Es cierto que referirse a Eels como un proyecto de escala internacional suena demasiado grande. Digamos que me siento muy afortunado. Estoy contento de que haya gente de todo el mundo escuchando. Podría ser todo lo contrario: un tipo amargado haciendo canciones para nadie. Estoy contento de que muchos estén escuchando.
Hay gente de todos los países, un poquito por todos lados. Es genial. Sigue siendo raro eso: porque son puñados de gente acá y allá. No siempre uno puede alcanzar todas las regiones con su gira. Me siento bien al saber que están escuchando. A nivel comercial, digamos, no tenemos peso. Nunca fuimos una boy band. Creo que simplemente hicimos lo nuestro. Afortunadamente cierta gente se mostró receptiva a eso. 

-¿Cómo te sienta que te escuchen más en países extranjeros que en los Estados Unidos?  

No sé qué significa eso. No tengo ni idea. De nuevo, estoy contento de que haya alguien escuchando.

-Después de tantos años haciendo álbumes, escribiendo libros, apareciendo en series de tus amigos y muchas otras actividades, ¿por qué siempre volvés a hacer canciones? ¿Se trata de un hábito o todavía es tu método favorito de expresión?  

Sí, creo que es lo que mejor hago y supongo que exactamente por eso sigo adelante. De todas formas, si lo pienso, debería decirte que lo haría de todos modos, siendo malo o bueno. Viene de mí. Es lo que tengo.  

¿Por estos días cómo preparás la lista de canciones para un concierto? Porque tenés que satisfacer a todos: a vos mismo, la banda, el público.

Exactamente. No puedes satisfacer a todo el mundo, así que empiezo conmigo mismo. ¿Qué siento al tocar? ¿Qué será divertido para mí? ¿Qué será interesante para mí? Y si empiezo a sentir que es demasiado, intentaré añadir y sustraer algunas canciones para hacerlo. Intentaré asegurarme que el público tenga un buen momento.  

 -¿De qué manera funciona Eels en vivo? ¿Te sentís como el líder de la banda o sos uno más de la banda? 

 No, definitivamente soy el líder y el frontman. Soy el jefe. Pero es realmente divertido también ser parte de una banda.  

 -¿Es difícil ser el jefe? Porque en el negocio musical mezclás negocio, placer, obligación, creatividad y la línea con el jefe no es tan clara muchas veces.

Eso es cierto. A veces hay que recordar a todo el mundo quién está a cargo.  

-El disco anterior tuvo una gira bastante extensa durante un periodo complejo: el mundo atravesado por el COVID. No obstante, la hiciste, logrando sobreponerte a dificultades mayores, también a ansiedades personales. 
¿Cómo te sentís hoy, con el nuevo material listo?  

No sé. Para serte sincero, no sé si habrá gira con este nuevo álbum. Por la pandemia no pudimos girar del todo. Hace un año todavía estábamos de gira.  No pasó un año todavía. A los promotores generalmente les gusta esperar y hacerlo cada dos años. Así que es demasiado pronto para irnos de gira ahora mismo, probablemente. 
Estamos tratando de encontrar cuándo es un buen momento para ir a la próxima gira. Veremos. 

-¿Es extraño vivir en esta época Trumpista? ¿Cómo te sentís sobre lo sucedido en los últimos años ahora que otra vez tienen elecciones?  

Es bastante surrealista lo que han sido los últimos años en términos de política americana y todo eso. Es una locura. Es difícil creer lo que está pasando. Ahora tenemos que enfrentar la realidad, otra vez.
Creo que tu pregunta viene por acá:  Sí, estoy asustado de tener otros cuatro años de Trump.  

-Sé que tu hijo está muy interesado en la música. ¿Te imaginas compartiendo un proyecto musical junto a tu hijo?  

Me encantaría. Creo que sería la cosa más divertida de todos los tiempos. No hay ningún mandato, cuidado. No quiero intentar forzar nada. Creo que le interesa en serio la música. 
Definitivamente voy a sentarme un rato y ver lo que está interesado en hacer. Si decide hacerlo, me gustaría intentar colaborar con él como quiera. 

 

Por Lucas Canalda – Fotografía Gus Black

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