Sobre Soy un hater de mi, pero a vos, TKM nuevo EP de Hombre de Color
Hombre de Color (HdC) publicó Soy un hater de mi, pero a vos, TKM, un lanzamiento que lo reencuentra con la canción luego de una seguidilla de sencillos cargados con rotura y proyectos paralelos de corte experimental.
El nuevo EP fue precedido por el sencillo Mil veces ahre y su correspondiente videoclip, una colaboración entre Kimi Neptune (su socia eterna de Daddy Rocks) y el mismo Hachedece.
Integrado por seis canciones (poco más de quince minutos de duración) el trabajo tiene a Jota cubriendo todas las partes y aspectos. Fue compuesto, producido, mezclado y masterizado por Hombre de Color, lo que no es ninguna sorpresa para un tipo que desde hace años se concentra en el DIY absoluto. La cubierta de un payaso sad en plena caída fue ilustrada por El Papu AKA Lemon Gab.
Soy un hater de mi, pero a vos, TKM fue publicado por Remedio Casero Discos, en lo que constituye la primera aventura conjunta entre el joven sello y el songwriter de la zona oeste.
Ya pisando los últimos dos meses del año, en diciembre se cumplirá un nuevo aniversario del debut en solitario de Hombre de Color. Esa primera experiencia data de diciembre de 2014, en una fecha en Berlín en la que fue especialmente invitado por César Coki Debernardi. Antes de eso, por supuesto, Jota ya integraba Daddy Rocks. Tiempo después, entre su banda principal y la aventura solista, llegaría el proyecto de La Metamorfosis del Vampiro (LMDV). El año pasado publicó un libro recopilatorio de las letras de Hombre de Color a través de Danke.
Ese repaso por sus diferentes caminos evidencia que ya estamos hablando de un tipo que a base de música desarrolló un peso específico en nuestra ciudad. Podemos decir que Jota supo diversificar, evolucionando y aprendiendo con cada una de sus facetas, apostando a no aburrirse demasiado. Tocando desde hace casi trece años; estando ahí para las nuevas camadas; saliendo adelante a pesar de las pálidas, las bajadas de persiana, los nuevos espacios y los festivales renovadores; Jota está presente.
LMDV fue una fuerza performática de pura energía; una combustión electropunk de asalto que se convirtió en una de las experiencias imperdibles de la movida local.
Daddy Rocks, una banda insignia en el circuito underground rosarino, supo generar un tendal de canciones irresistibles para cada ocasión. Siempre divertidxs y desfachatadxs, a través de cada época la banda supo siempre mantener un vena emo por debajo de todo. Daddy Rocks es punky, pistero y sensible en partes justas.
Hombre de Color es su piel más vulnerable y despojada, la que nos dejó saber que, ante todo, José era un cancionero que resolvía su bajada a tierra sin demasiada electricidad. Como a Ricky Espinosa, a Jota le alcanza una criolla para comunicar.
El cronista atento que años atrás nos regaló postales editoriales como “Doble dragón”, “Los chinos de mi barrio”, “Me vestí a la moda y la cambiaron” o “Muerte a la birra artesanal para siempre” sigue ahí. Lúcido como siempre el Hombre de Color 2020 nos regala “Dicaprio” , “Recuerdos de Facebook” o “Días en las tiendas de discos”. Luego de un tendal de canciones, recitales y apariciones varias podríamos decir que Soy un hater de mi.. es un Hombre de Color clásico.
Referirnos a su estatus de joven clásico nos permite la oportunidad de establecer un Hombre de Color Starter Pack que también otorgue a oportunidad de guiar al público neófito:
– El Do It Yourself casi como un imperativo a rajatabla. Como bandera, Jota hace todo por sí solo. Sale bien, pero como dijo Tusam, puede fallar.
– De recurrir a una clasificación básica, podríamos pensarlo dentro del Lofi y/o Bedroom pop, pero en los últimos dos años algunos lanzamientos que llegaron desde sus redes sociales dejaron en claro que deseaba jugar más con su sonoridad, sumando capas de distorsión o rotura digital.
– Referencias a la cultura pop occidental (películas, música, TV y videos) con paradas importantes en el universo otaku.
– Remeras ñoñas (ver punto anterior).
– Facilidad para los estribillos mega pegadizos, esos que son ideales para cantar en la cancha, en el fogón o bien borrachos. Es una fórmula que muy pocos supieron dominar en la Rosario de los últimos 20 años y que desde hace tiempo encuentra rastros en Torneo de Verano o el jovencito Gladyson Panther.
– Cerveza industrial de calidad a precio popular en el chino amigo.
– Bon Scott, Puerto de Ideas o Club 1518 (RIP) como puntos de encuentro obligados.
– Acordes para melodías sencillas pero con vocación de himnos. En ese sentido, “Dicaprio”, el segundo track del nuevo EP, ya se nota entre lo más logrado del cancionero de HdC.
Jota, El joto, Hombre de Color o Hachedece, como quieran llamarlo, tiene una magia particular: logra condensar con personalidad y poesía un léxico post flogger que mediante la ductilidad del castellano se entremezcla con acrónimos de último minuto tan callejeros como nativos de la velocidad transmedia. Como si fuera poco, en la combinación entran proporciones considerables de nostalgia pasada. No es un recurso vintage, son emociones de circunstancias transitadas. Hombre de Color no apela a las disquerías como el diseño contemporáneo vuelve al cassette para convertirlo en recurso de consumo y referencia analógica copada en el transito hiper digital de hoy. El cantautor regresa allí porque sabe que en su momento las disquerías supieron ser templos de soledad donde perderse y encontrarse por un rato con esos soportes que transportaban material fundamental para acompañar cada momento. Es secundario si el Jota teen compraba discos, copiada TDKs en los equipo de doble cassettera o quemaba CDs en el Nero, lo importante es el estadio emocional que acompaña el disfrute de esa música. Los recuerdos son un ancla; un lugar seguro donde pisar y seguir caminando hacia adelante entre tanto gris bajonero que la vida cotidiana ofrece.
Parte del encanto de Soy un hater de mi..reside en que Jota no busca la enseñanza redentora. Hay un gris (angustia, bajón, melancolía, desazón, como prefieran sentirlo) que está presente y su autor no sabe si alguna podrá superarlo, dejarlo de lado o aprender a manejarlo. Hombre de Color está corrido de la industria hegemónica de entretenimiento que postula bajadas de moralina, pretensiones de enseñanzas y aprendizaje aseguradas ante el bajón. Jota juega en la liga de los que toman de la vida día por día, haciendo lo que pueden. Santiago Motorizado supo ponerlo en palabras justas: la depresión sin épica. Hablamos de un (anti)héroe anónimo que periódicamente sostiene la pared con lo que mejor sabe hacer: canciones.
Hombre de Color se vuelve poderoso cuando usa la lupa para capturar todo lo entrañable que damos por sentado. Los momentos más valiosos de su música son aquellos donde la supremacía de la emoción se encuentra con la ternura del amor o la observación entre comicidad y curiosidad. Si la vida está sólo hecha de momentos (como diría una mala atribución a Borges) Hombre de Color nos regala canciones que sirven como filtro para colorear el gris. Si una canción de dos minutos te ayuda a atravesar la oscuridad cotidiana, un pequeño logro tomó lugar. Entonces, en Jota confiamos.
Por Lucas Canalda & Kimi Neptune Ph