SHANTI TOMA EL CONTROL DE BRODA – EXCLUSIVO RAPTO

Shanti protagoniza el quinto episodio de las Sesiones BRODA que se estrena este fin de semana en YouTube.

Shanti Bustos A.K.A Shanti La Salvaje A.K.A. Shan, es la protagonista de la quinta sesión BRODA que estrena este fin de semana en YouTube. Entre rimas y canto de Shanti, detrás de los beats, como siempre, Nacho Seret (teclados), Lautaro Canals (octapad) y Franco Olima (bajo) haciendo su magia como una backing band que potencia a cada invitadx.

Desde hace algún tiempo que Shanti camina el circuito musical rosarino buscando una voz propia para expresar todo lo que tiene adentro. Con sensibilidad y determinación, su decisión artística rebasa lo estrictamente musical, puesto que también sabe actuar y es una fotoperiodista de ojo avezado.
Observar con atención sus pasos deja en claro que es un espíritu inquieto que prefiere no atarse a ninguna movida particular, habitando los espacios donde la expresión sea libre y constructiva.
Shanti puede activar varios modos. Puede rapear y cantar en clave más melódica, habitando el soul. Además, puede ser una jefa callejera que dispara rimas que saben de ansiedad y hambre, lista para arremeter contra quien se cruce en su camino (Macri, el neoliberalismo o Chocobar). Bum, bum a los que se mueven con odio, Shanti está preparada.
Junto a su socio Blas Urruty, forman una dupla lista para dar presente en cualquier circunstancia. Sea soul, rap o cualquier otra vibra urbana, Shanti & Blas saben qué moods son adecuados para cada momento, teniendo un repertorio diverso que muy pronto tendrá forma de disco.

La palabra arte se repite una y otra vez en el camino de Shanti. También es una palabra que aparece seguido en su hablar. El arte es parte de lo más íntimo de su vida y recorre todas sus instancias formativas. Con padres artistas, la expresión fue parte fundamental de la crianza de Shanti. El arte habita los días de la vida de Shanti desde el vamos. Tanto en el hogar familiar como en las actividades de sus padres, el arte, en sus diversas facetas, estaba allí.  No es sorpresa, entonces, que en algún momento la joven Shanti haya dado sus primeros pasos hacia la expresión personal. Esos pasos luego fueron incursión al principio, hoy son una realidad que tira canta, tira rimas y espera con ansias el lanzamiento de un primer EP que ponga sus canciones a girar por la rocola infinita de la Internet.
“Mi mamá es titiritera y mi papá es músico”, cuenta Shanti “Al verlos a ellos hacer lo que los apasionaba y al haber vivido en la naturaleza -me crié en Ibarlucea- me enseñaron y me dejaron el gran aprendizaje de hacer con mi vida lo que quiera y que me dé satisfacción sin ser una alienada, sobre todo porque ninguno de ellos lo fueron, nunca. Siempre me bancaron que haga música. Hago arte porque mis padres son artistas y me han dejado el camino bastante marcado”, detalla Shanti. “Que no sea fácil, es otra”, cierra, riendo.
Con un entorno artístico estimulante desde la cuna, podríamos decir que la música siempre estuvo con Shanti. La cantante hoy recuerda que sus primeras canciones datan de la época final de la secundaria, cuando empezó a delinear letras que ahora describe como muy punks. En realidad, era ella bien punk. Adolescente, Shanti tiraba letras con bastante rabia. Admite que estaban buenas, más allá de reírse. Algún tiempo después, ya mayor de edad, empezaron a surgir otras cosas más melódicas, trankas. Siempre escribiendo, para sus 25 años ya estaba conectada con la vibra soulera y funkera. Ahora Shanti escribe casi siempre, teniendo palabras para alguna canción que está por venir.

Shanti, en la mejor tradición bjorkiana, es un ejército de una sola mujer. Además de escribir canciones, rapear, cantar y demear, es fotoperiodista, una profesión que también le permite ocuparse de todos los aspectos estéticos de su proyecto musical. Shanti está involucrada en todo, es una mujer en control de casi todo. El interrogante es, luego de unos cuantos años de caminar la escena, si es posible hacerse cargo de todo siendo una artista independiente o cuándo llega el momento de desarrollar un equipo en quien confiar para crecer y abrazar una apuesta colectiva conjunta que acompañe. Estar acompañadx es importante y se vuelve imprescindible en momentos de urgencia, cuando a veces las fuerzas se acaban, o una perspectiva de confianza puede aportar una perspectiva constructiva.
“Me gusta pensar que debe ser posible hacer todo sola, pero es muchísimo. Me encanta estar en la parte estética, siento que compone al personaje, pero también me gusta sentirme acompañada”, comparte Shanti. “De hecho, en cada show que hicimos hay muchas personas detrás, muchas amigas asistiendo en todo: en outfit, el pelo, el make up, el empuje. Creo que es importantísimo tener un buen equipo de aguante porque es mucho, muchísimo para hacerlo sola”.
A medida que su camino en la música fue tomando más fuerza e impulso, Shanti supo empezar a formar un equipo de trabajo. Imposibilitada de estar posando frente a la cámara y disparando los clicks, Bustos contó con el ojo avezado de la fotógrafa Kumei Kirschmann, un talento rosarino que cuenta con muestras internacionales y varias estadías internacionales de perfeccionamiento. Para rodar alguna aventura en forma de videoclip también se rodeó de gente idónea. Como una jefa virtuosa, sabe formar una crew de talentos donde el trabajo pueda potenciar a todas las partes involucradas. Rap, fotografía o clips: la cosas siempre son entre todxs.
Entre las sociedades creativas más importantes de Shanti se cuenta el productor, compositor y beat maker Blas Urruty. Como una dupla que supo encontrar la química justa, Shanti se entusiasma cuando le pide que adelante algo de lo que ya cranearon juntxs, pero no dice demasiado. Es paciente. Sabe que se viene una muy pronto. Igual, algo comparte. “Con Blas somos amigos hace un montón de años. Empezamos a juntarnos a tocar hace casi dos años. Nos encantaba lo que salía ahí, re sonaba. Estábamos horas enteras. Empezamos improvisando y después avanzamos hacia lo que está por salir ahora. Lo que vamos a presentar es nuestro primer proyecto con toda nuestra impronta y todas las ganas. Estamos re felices de poder sacarlo a la luz”, comenta la rapera. Retomando el hilo de la construcción de un equipo de trabajo confiable pleno de onda y talento, Shanti agrega:  “Además el proyecto generó que un montón de personas se vayan sumando desde otras disciplinas artísticas. Eso da ganas de seguir”.
“El EP ya está casi listo. Son cuatro temas. Se titula Mercurio, que es un planeta que me gusta mucho porque tiene que ver con la comunicación y la acción. Es nuestro primer lanzamiento, le estamos poniendo mucha entrega. Estamos re agradecides con las personas que están trabajando con nosotros. Sale en menos de lo que se imaginan. Estén atentes porque cuando menos se lo esperan sale esa data”.

Al igual que Kavará y Joako22, sus antecesores en BRODA, o la enorme mayoría de la gente que hace música en Rosario, Shanti es una artista independiente y autogestiva. Su producción se desarrolla desde el más puro DIY, congregando el esfuerzo de decenas de personas que semana tras semana apuestan a la misma misión de crear.
En la actualidad la movida del trap junto al rap y todas las variantes de la música urbana está más fuerte que nunca, multiplicando sus reproducciones segundo por segundo, sumando likes y compartiendo contenidos por las redes. Con toda su musculatura, la industria apuesta fuerte, contando ingresos y posibilidades. Pero mientras las estrellas de la movida se llevan los premios, el espacio en los medios de difusión, acaparando los esfuerzos estructurales de las discográficas, para lxs artistas independientes (y del interior) la cosa sigue siendo muy difícil: escasean los lugares para tocar, no hay muchos medios para difundir la música, los recursos son limitados.
Obviando circunstancias que, por momentos, son algo desesperanzadoras, lo que realmente importa está: talento, corazón, empuje, curiosidad y onda. Desde allí todo puede reconstruirse, potenciar, marcar nuevos caminos, generar espacios diferentes.
“Para que esto cambie, debería cambiar el sistema educativo que es muy viejo y que no nos enseña a ver el arte como un trabajo, sino como un hobby”, observa Shanti. “Sin ir más lejos, en el colegio tenés un montón de horas de matemáticas, de sociales, historia, lengua y muy pocas horas de arte. Un poco viene por ahí. Por otro lado, la cultura siempre estuvo última en la lista de prioridades del sistema capitalista. La resistencia y la revolución están en seguir haciendo y en ayudarnos entre nosotres para que no sea tan duro este camino, pero lo es igual”.

 

 

Por Lucas Canalda

 

 

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