White Rabbit, el proyecto liderado por Maite Ajubita, publicó Seeker, un disco con interrogantes introspectivos en diez canciones de soul, R&B y rock AOR.
En un año de sucesos imprevisibles y sobredosis de información mediante múltiples ventanas hacia nuestra cotidianidad, en abril llegó Seeker de White Rabbit, el proyecto de liderado por Maite Ajubita, una joven pero experimentada música de nuestra ciudad. El disco de White Rabbit, publicado en YouTube, llegó como una propuesta balsámica en medio de la locura de la cuarentena y la escalada mundial por la pandemia de coronavirus. En contraposición al vértigo informativo y la incertidumbre, Seeker presentaba canciones introspectivas con interrogantes necesarios sobre angustia, espiritualidad y afectividad. Mientras todo el mundo estaba fijado en lo exterior, White Rabbit elevó interrogantes necesarios sobre nuestro interior y el balance que tenemos con el afuera.
Grabado por un talentoso grupo de músicos liderados por Ajubita, Seeker está conformado por canciones de arreglos vocales e instrumentales que reclaman con autoridad un espacio propio en ámbitos de jazz y groove locales, haciendo gala de cierta sofisticación en tiempos donde domina el efectismo y el músculo.
Sorteando la imposibilidad de hacerlo sonar en vivo, Ajubita armó un equipo de trabajo extra musical que generó expresiones más allá del álbum, tal es el caso del video de “How my days are”, un dedicado esfuerzo de producción que aúna talentos de diferentes campos.
Todas las canciones de Seeker fueron compuestas por Ajubita, quien además se hizo cargo de los arreglos vocales y armó la banda que grabó el disco: Leo Moyano en guitarra, Alfredo Scandrolli en teclado, Leandro Pagura en bajo y Tobías Gomez en batería. El equipo se completa con Ximena Di Marco en cello, Luis Ciliberti en violín y Mariana Alarcón en viola, mientras Marcelo Ajubita compuso los arreglos de cuerda además de sumar viola. Finalmente, como invitado más que especial, el maestro Claudio Cardone en piano. Moyano y Scandrolli fueron coproductores del LP.
De acuerdo a los créditos de Seeker el trabajo liderado por Ajubita fue grabado entre 2018 y 2019 en los estudios Penny Lane Studio y Decibelio. Luego del proceso correspondiente, el álbum fue publicado en abril de 2020, ya en tiempos de cuarentena nacional por la pandemia de COVID-19.
“El disco fue todo un experimento para mí”, confía Maite al momento de abordar el proceso de realización y los tiempos algo inesperados que demandó Seeker. “Si bien estoy en la música desde hace muchos años y había grabado algunos discos y colaboraciones en el pasado, jamás había hecho un disco todo entero por mi misma y con un equipo de gente que elegí e invité a trabajar conmigo. Entonces en mi mente creí que los tiempos iban a ser de una forma y después todo me costó mucho más de lo que yo pensaba”.
Liderando al grupo, escribiendo las canciones y arreglando las voces, White Rabbit probó ser un desafío total para Maite. El proyecto, por supuesto, fue un proceso de aprendizaje aparejado a un disfrute de hacer música, una pasión a la que está abocada desde hace años.
“Hace tiempo que trabajo con la voz y siempre me gusta jugar con ella”, señala, continuando con el proceso de grabación y desarrollo de Seeker. “Para esta ocasión, los arreglos vocales los grabé primero en mi home studio en el tiempo en que estuvimos trabajando en la pre-producción del disco, luego los grabamos en el estudio”.
La mayoría de las diez canciones de este primer trabajo de Ajubita mantienen un tono introspectivo. Se trata de temas reflexivos donde la búsqueda de un equilibrio en uno mismo son fundamentales y atraviesan todo el álbum.
“Las letras de mis canciones, por lo menos Seeker, surgen de mucha introspección. Soy una persona muy introspectiva y reflexiva, la mayoría del tiempo comprendo el mundo desde esa óptica”, comenta la cantante. “Las emociones son algo que me inundan y me costó mucho trabajo interno comprenderlas y en parte gestionarlas. Me acostumbré a observarlas en profundidad y a estabilizarlas, en gran parte, con la música”, añade.
“Seeker es un disco completamente autorreferencial: las letras de las canciones son historias reales de cosas que viví en varios tipos de relaciones de pareja, relaciones de familia, relación con Dios y conmigo misma, también. Pero básicamente surgieron de experiencias personales. Cuando una emoción queda presente en mí por mucho tiempo, la describo, de ahí surgen las letras de mis canciones”, concluye.
–Seeker llegó en tiempo de cuarentena. ¿Qué sensaciones te generó lanzarlo en semejante contexto pandémico?
Para mi el contexto de pandemia fue perfecto para compartir Seeker, porque sentí que el mundo había frenado y que la gente tenía tiempo para prestar verdadera atención a algo y el mood del disco al ser de introspección, me pareció que todo encajaba perfecto como para compartirlo. Cuando el mundo está activo, parece que hay que hacer bastante ruido para llamar la atención. Pero en este mood pandemia que nos obligó a frenar, sentí que había apertura para escuchar. Ya sea por la cantidad de tiempo o por aburrimiento, por lo que sea que haga que la gente frene, se generaron las condiciones.
-¿Tenías planes de presentarlo en vivo?
Con respecto a tocar en vivo, lo presenté una sola vez el año pasado, junto al show de Marilina Bertoldi, en Fauna. Ahora no sé cuándo se podrá volver a tocar en vivo, pero creo que falta bastante para eso. Probablemente para cuando vuelva a tocar ya voy a estar en camino con el segundo disco.
– Escuchando Seeker pienso en las posibilidades de audiencia que White Rabbit puede tener en nuestra ciudad: por un lado, hay una movida de groove muy fuerte, donde también hay espacio para el neo soul; por otro, hay un circuito de jazz donde también el disco seguramente ya es bien apreciado. Seeker, sobre todo, tiene llegada a un rango etario amplio. ¿Te da curiosidad saber hasta dónde puede llegar el disco? ¿Qué tipo de feedback tuviste hasta ahora?
Si, me da curiosidad. La verdad que el disco fue muy bien recibido y recibí buenos feedbacks. No esperaba ninguna reacción más que les guste a un par de mis amigos y terminó pasando más que eso. Me han escrito muchas personas y eso me flasheó. Que personas se tomen el tiempo de escribirme para decirme que les gustaba mucho, que tal o cual tema era su favorito, que lo escuchan varias veces, me sorprendió mucho porque no lo esperaba para nada. Dentro de los feedbacks que recibí, lo que más me han dicho es que se siente la influencia de los noventa y después mucho de nombrarme a muchas de mis influencias, y muy variadas. Como que a través de ese feedback pude notar como toda la música que escuché verdaderamente me influenció, o de los estilos musicales alternativos, pop, rock, country, jazz, etcétera. También muchas personas me dicen que les suena como de afuera y que suena fino y bien hecho.
En un año atípico como 2020 las posibilidades de tocar Seeker en vivo se vieron empañadas por la pandemia. Sin embargo, la música supo encontrar formas de seguir sonando y presentar novedades atractivas. A mediados de junio White Rabbit publicó el videoclip de “How my days are”, bajo la dirección y fotografía de Pablo Resoalbe.
Con un impecable diseño de producción, el clip combina esfuerzos en exteriores, fotografía, animaciones 3D y especial delicadeza por los detalles, trazando un juego onírico en diferentes planos.
“Con Maite venimos trabajando hace mucho tiempo en varios proyectos de diversa índole en donde hemos cruzado nuestros lenguajes artísticos”, comenta Resoalbe a RAPTO. “Cuando me elige como director/productor artístico para desarrollar la tapa del disco y su primer videoclip significó una propuesta creativa muy amable”, confía. “Me dio total libertad para que sintetice y simbolice su estética musical desde mi universo creativo”, añade, agradecido.
“Comencé a trabajar sobre su letra y música durante abril/mayo del 2019, pasando por distintas ideas, propuestas que iba intercambiando con Maite, hasta que apareció un disparador que le dio forma a lo que fue la historia del videoclip”, recuerda Resoalbe. A partir de ese momento se puso en marcha la preproducción de video, conformando, paulatinamente, un equipo de colaboradores de Argentina y Paraguay.
De acuerdo al director, la realización del clip demandó un proceso extenso, con una pre producción de casi cinco meses, entre armado del guión, conformación del equipo y otros aspectos que fueron trabajados con detalle y paciencia.
Para Ajubita y el director, la apuesta conceptual fue globalizadora, apostando a mantener una continuidad entre arte de Seeker y el clip. “Nos anticipamos bastante en la producción de la tapa de disco, experimentamos y manifestamos algunas estéticas que luego se desarrollaron en el videoclip”, explica Resoalbe sobre el trabajo de producción concerniente al video. “Luego de tener definido el guión y el presupuesto disponible, comenzamos en la búsqueda de locaciones, colaboradores en distintas áreas y desarrollo de arte y escenografía”, agrega.
“Fue un gran equipo de personas que apostaron y aportaron al proyecto. Trabajamos con la estilista y vestuarista Virginia Kettle. Como equipo convocamos a la maquilladora María de la Paz, que se vino desde Buenos Aires, junto a Heli Toledo, asistente de dirección paraguaya. El pelo estuvo a cargo de Marla de Croma. En cámara Nacho Buthet. En lo que respecta a la dirección de arte y escenografía es un trabajo que llevé adelante entre junio y agosto de 2019 , donde conté con colaboradores amigos. Por último, el montaje lo trabajé con el director independiente Juan Linch y el colorista Lucas Sanczyk”, apunta bien atento a todos los aportes que fueron parte del videoclip.
A propósito de las animaciones 3D de “How my days are” el director detalla que una vez definidos guión e historia llegaron a la conclusión que había algunas escenas que iban a necesitar de una elaboración digital. El simbolismo y representación que necesitaban acercó a Resoalbe a la animadora, VJ y arquitecta Guillermina Sgró para que sumara su talento a la aventura de White Rabbit.
“Con Guillermina también he colaborado en distintos espacios creativos y esta era la primera vez que trabajábamos juntos en torno al formato videoclip, lo que implican procesos nuevos y otros tiempos”, comparte Resoalbe. “Las animaciones 3D fueron post-rodaje, llevando a que Guillermina también fuera testigo de todo el proceso de preproducción, rodaje (visitó las locaciones, vio el arte) y vio maquetas de montaje. Con toda esa información creó un imaginario, cumplió con los objetivos que teníamos con esas escenas y las enriqueció”.
Maite Ajubita camina el ambiente musical rosarino desde años de manera versátil. Es cantante, compositora y también DJ. Por supuesto, es una melómana comprometida con la causa que indaga en diversos focos artísticos más allá de los géneros, circuitos o espacios. Ajubita fue cercana a la música electrónica más vanguardista, lo mismo para el pop más sofisticado. Además, siempre fue amante de la música soul y cercana al groove. Transitando sonoridades diferentes nunca se ató ciento por ciento a una escena o movida, optando por la libertad y apostando al crecimiento como música.
“Mi experimento con White Rabbit es tener la libertad de moverme por donde quiera y hacer lo que quiera”, observa Ajubita sobre experimentar en una amplitud que no conoce restricciones. “No me siento identificada con ninguna movida local, no me sale ir con grupos. Voy para donde quiero ir cuando yo quiera”, señala sobre anotarse en las filas de un género estricto. “Me tomo esa libertad porque así también escucho a la música: estando abierta a escuchar de todo. No quiero encerrarme en ningún género. Amo la fusión de géneros musicales. Me vuela la cabeza eso. Creo que mi próximo trabajo musical va a ser muy diferente a Seeker”.
Darle play a los 31 minutos de duración de Seeker significa transitar por soul, R&B, funk, rock AOR y otras sonoridades. Por la totalidad del disco se mantiene una sofisticación técnica al igual que un groove conductor. Por sobre todos esos elementos, es Ajubita quien con personalidad encabeza la excursión sonora, entrando y saliendo de pasajes diferentes, dejando siempre el espacio necesario para que la banda se luzca.
“Me es imposible elegir un solo género y quedarme ahí”, declara Maite. Retomando lo mencionado anteriormente, para la cantante escuchar música de diferentes estilos, sumergiéndose en profundidad sin nunca quedarse varada, es parte de la naturalidad de un goce diverso propio de la era de la información y la disponibilidad de plataformas que siempre acercan material de todos los idiomas, colores y coordinadas. “Todos los días son diferentes para mí”, señala. Asimismo, asegura que “necesito de todo para poder ubicarme. Saltar de una cosa a la otra en lo que es géneros musicales, me sale sin pensarlo. Y creo que cada vez voy a ir mas y mas por ese camino”. Cerrando, agrega: “no tengo ningún momento en particular que disfruto más que otro, sino que es más como, que me divierte crear un clima y que entrar ahí y después sacarme de ahí, y entrar en otro clima y en otro y así.