En su rol de editor y artista Juan Angel Szama conversa sobre historietas, plataformas y su cruzada por eliminar prejuicios
A Juan Angel Szama las planillas de ocupación/profesión podrían presentarle una incógnita. ¿Cuál sería la respuesta correcta? Escritor, compilador, curador de muestras, guionista, artista plástico, atrevido de la fotografía, uno de los cerebros responsables de Crack Bang Boom, la convención de historietas más importante de Argentina. Director de una pequeña editorial que crece con pasos certeros, esgrimiendo relevancia federal. ¿Cómo podríamos definir sus múltiples actividades? ¿Es necesario resumirlas todas en una palabra imposible? Claro que no, estamos alejados de cualquier aeropuerto o servicio de inmigración, no hace falta una categoría dogmática reduccionista. Este descendiente de ucranianos sencillamente se dice apuntador televisivo, hoy trabajando en las filas de Disney. Cuenta que vive entre Buenos Aires y Rosario, según la actividad de la temporada o la demanda de los proyectos que traza con cabeza febril. Szama es un iniciador polifacético con un extenso recorrido por detrás del que se nutre siempre para proyectar aquello que está por venir. Inconforme, apasionado y directo, conversa sobre los caminos necesarios para borrar líneas separatistas entre el mundo del comic y la gente de “la vida real” asunto que le preocupa como flamante editor, y aún más, como lector que desea expandir universos al abrir el juego para neófitos e iniciados.
-¿Cómo nace la Szama Ediciones?
Tenía la iniciativa de editar los libros de Cuadernos de Dibujantes. Estuve dos o tres años dando vueltas con eso. Se me ocurrió que podía ser un proyecto interesante para Espacio Santafesino. Me asocié con Puro Comic por una cuestión meramente formal, yo prácticamente no estoy en la vida real, mi vida real no pasa por el punto de vista editorial, no tengo CUIL ni nada de eso, pensé que asociándome con Puro Comic iba a garantizar cierta distribución. Desde el vamos pensé todas las instancias para que los libros tuvieran mayor visibilidad y ahí, en ese proceso, es que digo “bueno, tengo que hacerme cargo de todo lo que hice por los libros de Cuadernos de Dibujantes” y de ahí nace Szama Ediciones. Cuando me quise dar cuenta estaba dedicando un sueldo completo de mi trabajo en la vida real, ser apuntador, para editar un nuevo libro, “27”. Esa posibilidad se dio cuando Estados Unidos fue país invitado en CBB. Me parecía interesante publicar este nuevo libro ya que era una ejemplificación de por qué se hace la convención: un guionista norteamericano – Charles Soule– junto a un dibujante argentino – Renzo Podestá – que es algo que siempre intentamos habilitar en CBB. La Editorial Municipal no tuvo interés en publicar el libro, no les pareció interesante, así que lo hice yo. Fue un acto muy inconsciente, después me costó recuperar esa guita, fueron meses sin poder llegar al alquiler y ese tipo de cosas, pero lo volvería a hacer. La editorial no se cierra. Como proyectos para este año, estoy trabajando en varias líneas editoriales. Hay un Cuaderno de Dibujante más en el que estoy trabajando ahora mismo. También unas historietas apaisadas, para recuperar lo que es la historieta de pulp, de género. Finalmente, algo que tiene una pata con el arte, revistas de tiradas reducidas, revistas tipo obra, me lo imagino como un catálogo de obra. Cada publicación responde a un criterio editorial, por ejemplo, creo cada una debe llevar un prólogo. Muchas veces uno está vendiendo en las convenciones como CBB o Comicópolis y se acerca gente del mundo real que no sabe nada del material y me parece que tiene que haber un acercamiento. Muchas veces la historieta le habla a un gueto y eso no alcanza.
-Siempre tratando de trazar puentes
Sí, por un lado, te digo, con un artista que me dice “la historieta es un arte menor”, no voy a hablar pero por otro lado, con la gente que se acerque a la historieta por lo que sea, hay que sumarla. Me parece que a veces el gueto le habla al gueto, es como un diálogo de 678, estamos hablándonos entre nosotros y no tiene el más mínimo sentido. La idea es hablarle a la gente de la vida real. En CBB, por ejemplo, pasa que muchas familias que entran a la convención porque es un paseo más. En Comicópolis es más extremo, van escuelas, familias, gente de la vida real que va a La Fiesta del chacinado y de repente se encuentra con historietas, hay que hablarle a esa gente, tienen que saber que la vida no termina en Gaturro.
-¿Las convenciones son los espacios ideales para introducir nuevos artistas?
Recientemente apareció una nota en Página/12 en la que los editores plantean que los lugares más importantes para presentar historietas son la Feria del libro, CBB y abajo vienen Comicópolis y el resto. Que CBB se haya convertido en uno de los referentes editoriales es algo por lo que estoy super orgulloso. Y sí, el editor se maneja con los eventos. A mi no me entra plata vía distribuidor, lo real es que voy a un evento y hago plata poder re imprimir de una mientras que con un distribuidor puedo estar esperando eternamente. Aparte la gente va al evento a buscar cosas que no encuentra en su comiquería, predispuesta a comprar cosas raras y nuevas. Para mi la agenda es Dibujados, que hay dos, Crack Bang Boom, y Comicópolis, pero ahora con el nuevo panorama político no sé qué va a pasar. La feria del libro ahora se está abriendo más a la historieta. Recién este año abrieron un panel, se ve que la historieta está haciendo mella, y me mandaron para ver si quería formar parte. El tema es que los paneles son sobre discusiones que a la gente de la historieta ya no le importa, como los límites del humor o la mujer en la historieta. Son diálogos que me aburren, los veo siempre en Internet y me meto para pelearme, la verdad que son inconducentes.
-A propósito de la red, ¿tantas plataformas ayudan a derrocar el canon o son solo dispersión alrededor de lo establecido y anquilosado?
Es todo un tema eso. Hay una idea de canon que como Szama Editor o parte de un evento la tengo que tener en cuenta, existe y no puedo negarla. A título personal y parte de la gente del grupo con la que vendemos libros, el Colectivo Editorial Big Sur es algo que nos tiene sin cuidado, no nos interesa para nada. Las discusiones sobre el canon nos parecen que atrasan. La semana pasada estuvimos horas discutiendo con un guionista argentino que pedía que haya un corpus de crítica para que se obtenga un consenso y se así se valide la obra. Todo eso me parece una paja, que no ayuda. Eso no tiene que ver con el origen de la historieta. Todo este mundo de la historieta nace como un arte popular en el suplemento dominical norteamericano, el comic-book. Nunca tuvo idea de trascendencia. Tiene una dinámica de consumo que le es propia. Celebro si hay crítica de historieta pero si la crítica de historieta es para establecer que tal tipo es el nuevo (Carlos) Trillo, no me interesa. Aparte el canon de la historieta argentina se arma con gente que no pertenece al campo de la historieta entonces terminan con esas acepciones de mierda de que la historieta es literatura dibujada, todo ese discurso de (Oscar) Massotta y (Oscar) Steimberg toda esa gente que super respeto lo que hicieron pero en cierta medida hay que cagarse un poco en eso, si es que queremos pensar la historieta en un lugar más serio. Ya estamos más allá de la discusión sobre qué es novela gráfica, todo es historieta, estamos más allá de eso. Creo que lo más sano es que no haya una búsqueda de canon.
Hoy Szama encuentra sus días atareado con su oficio de apuntador televisivo en las productoras capitalinas, sin embargo, lo que atraviesa sus horas-mente son sus responsabilidades en CBB y su floreciente proyecto editorial. Mientras arrecian las palabras sobre nuevas ideas y lanzamientos poco menciona sobre otras facetas de su carrera. Optando por darle silencio a otras etapas de su vida, parece no interesarse sobre su pasado inmediato:Mención de Honor en el Premio Julio Cortázar 2004 por su novela breve “Leche Descremada”; responsable del universo S&M de “Amo + Esclavo”; un joven que fue labrándose un espacio diferente dentro del círculo de artistas plásticos de Rosario.
-¿Por qué te alejaste del círculo de bellas artes?
No me parecía honesto. No me hallaba. Por fuera de que yo siento que no me alejé. Quizás, ahora, no tengo tantas cosas para decir, creo que de seguir en la línea de lo que venía haciendo me arrepentiría. En sí, el circuito no me parecía honesto. En Rosario hay mucha mezquindad en ciertos espacios siendo que nadie vende obras, que nadie vive de esto, entonces me parece medio ridículo. Opté por mandar a concurso cada vez que tenía algo para decir. Entonces si salía el concurso, bueno, lo digo, y si no, tampoco me quita el sueño. Precisamente por eso, por los espacios de validación que se dan en la ciudad, que son siempre las mismas personas, me parecía demasiada mezquindad al pedo siendo que no vendemos obra. Entrar a tal lugar no te garantiza vender obra, te garantiza mayor visibilidad para los cuarenta tipos que están en la movida auto chupándose.
-¿Y en estos espacios te encontraste con el prejuicio de la historia como arte menor?
Sí pero tampoco me interesó debatirlo con ellos. Digamos, con los artistas en mayúsculas, no entro en debate. Es como la política, si alguien viene y me dice “Porque los Kukas esto…” yo no voy a discutir políticamente con esa persona. Si viene alguien a decirme “la historieta es un arte menor”, ya está, le dejo de hablar, ni intento defenderlo. Aparte porque es siempre la misma gente que después, tarde o temprano, va a terminar colgando en espacio museo una viñeta recortada. De hecho, mucha gente que estaba vinculada al arte mayor se volcó a la historieta. Hay toda una discusión frente a eso, acerca sobre cuáles son los límites. Muchos artistas plásticos de Rosario ahora se están volcando a la historieta, o sea que en definitiva, los que defendíamos a la historieta teníamos razón. Eso lo veo, por ejemplo, en la antología que salió de la Editorial Municipal, allí hay muchos artistas que en entrevistas dijeron “es la primera historieta que hago” pero que eran reconocidos como artistas plásticos. El tiempo nos va a terminar dando la razón, por eso ni lo discuto.
FUTURO INMEDIATO PARA SZAMA EDICIONES
“La idea es con Szama Ediciones es salir con dos libros apaisados. Uno de Mariano Taibo que se llama “A tu rojo ruta” que es un policial con elementos de la cultura popular, Gauchito Gil incluido. El otro es una historieta muda de Renzo Podestá que se titula “Perro” que está mantenido por el autor muy en secreto. Por otro lado ampliaremos con una colección nueva, historietas en un formato más grande, de perfil más arty. Ahí tenemos autores como Fernando Calvi y Manuel Depetris. La idea es sacarlas durante el transcurso del año. Para 2016 planeamos publicar un Cuaderno de Dibujante en edición color de Calvi. En lo personal, estoy trabajando en carácter de guionista junto a Podestá en “Amo + Esclavo”, un comic book de 24 páginas con la idea que sea más tarde serializado.”
Txt: Lucas Canalda
Ph: Renzo Leonard