Quiz > Cuestionario raptiliano para indagar en figuras de la cultura desde una óptica diferente.
Diez preguntas universales sobre el tiempo que habitamos + un puñado de interrogantes extras sobre su campo de acción.
Ilustraciones > Sebastián Sala
Juana Chang es música por sobre todo. Toca la guitarra, el charango, canta y compone. Hace canciones como solista y como integrante de las Kumbia Queers, fenómeno punk tropical que desde Argentina publicó un puñado de discos y giró por todo el mundo.
Siempre inquieta, nunca quieta, Chang en 2014 publicó el fundamental El camino del indie además de colaborar con muchxs músicxs mientras se iba convirtiendo en referenta de una nueva generación.
¿Cuál es tu humor por las mañanas?
No conozco las mañanas.
¿Quién es tu héroe/heroína? ¿Por qué?
Estela de Carlotto y Nora Cortiñas son mis ídolas totales, por su temple, su coherencia, su paciencia, su lucha, su modernidad y porque están re conectadas con la juventud y con todo lo que pasa. También admiro mucho a mis compañeras de banda.
¿Qué experiencia fue fundamental para que decidieras dedicarte a la música?
Como a los 13 tuve una depresión y una crisis existencial y me salvó Madonna con el disco Inmaculate Collection.
¿Cómo fue la peor cita de tu vida?
No sé si tuve muchas citas, pero una vez bailando chamamé me dejaron plantada en el medio de la pista. No era para menos, pero me dolió.
¿Cuál fue tu primer trabajo? ¿Aprendiste algo valioso?
Desde muy chica hice changas desde lavar autos a vender revistas viejas en la puerta de mi casa, rifas, collares todo tipo de emprendimiento para comprar golosinas, pero el primer trabajo adulto fue de cadeta en el microcentro, lo amé y me aprendí todas las calles y me sé todos los refugios con máquinas de agua gratis para rellenar mi botellita en verano.
¿Qué te preocupa acerca del futuro inmediato?
Los incendios, la economía, la falta de trabajo, pensar cómo y cuándo podremos volver a trabajar haciendo música en vivo, les niñes, comer.
¿En alguna ocasión te sentiste abrumadx por las redes sociales? ¿Por qué?
Si, me pasa un poco eso, hace un par de meses que saqué el Facebook, el Twitter, y el Instagram del teléfono porque me daba cuenta que los abría a cada rato y pasaba media hora y yo seguía ahí pegada chusmeando. Ahora los miro desde la compu y los miro bastante menos.
¿Qué tipo de placer culposo disfrutás a escondidas?
Algunos temas de Alejandro Sanz.
¿Cuán importante es el ocio en tu vida cotidiana? ¿Es imprescindible?
Es lo que yo más disfruto en mi vida, mis ratos conmigo de no hacer nada, no los cambio por dinero.
¿Cómo fue tu formación musical a través de los años? En un momento de tu vida tuviste un paso por el conservatorio, pero luego te fuiste en busca de nuevas aventuras para después volver.
Un desastre mi formación musical, muy desprolija, arranqué en el Conse cuando terminé el colegio, lo dejé cuando un profesor me “sugirió” que había otros lugares en los que yo podía aprender lo que a mí me interesaba, así que me puse a estudiar guitarra con varios profesores, tomé algunas clases de canto re aburridas, de piano, de bajo y años después caí en el conservatorio municipal a aprender instrumentos autóctonos y canto comunitario y estuvo buenísimo. Ahora tengo ganas de volver a tomar clases de todo, desde Ableton Live hasta charango.
¿Cuánto cambió tu percepción sobre la riqueza musical (y cultural) de la cumbia al recorrer latinoamérica tocando con las Kumbia Queers?
Los viajes nos dieron otra perspectiva de la cumbia y su riqueza e importancia cultural, también los compilados mp3 que compramos en los mercados con 300 temas de cumbia peruana, colombiana, boliviana, y mexicana.
En un momento comprendimos que la cumbia era el pulso de Latinoamérica, que había cruzado todas las fronteras y que cada lugar o región tenía su forma particular de interpretarla.
También Pablo Lescano fue un gran profesor de cumbia, desde mostrarnos los estilos, las diferentes formas de tocarla a llevarnos con él a los bailes a ver como es la movida. Fue muy generoso con nosotras.
Las declaraciones de Trueno generaron muchos titulares por parte de la prensa, pero también mucha indignación del rock nacional que sigue siendo tan conservador como siempre.
Cuando apareció Kumbia Queers también hubo un cimbronazo de indignación por la fusión de cumbia y punk rock por parte de muchos viejos vinagres del rock.
¿El rock nacional fue siempre tan solemne y falto de humor?
Creo que todos los géneros musicales que son medio puristas y solemnes y que también pasa eso en el rock, tal vez esté ligado a un instinto de supervivencia o de pertenencia. Yo encuentro mucho humor e ironía en el rock y pero me parece que a nadie hoy le importa si es rock o no.
Con una década de actividad de Kumbia Queers, ¿qué es lo que más te sorprende de todo lo que vivieron? A mi me resulta muy curioso encontrarme con frases del grupo que se ganaron su lugar en el lenguaje de la gente. “Feriado nacional de la vagancia” o “La isla con chicas” son recursos habituales que por momentos hasta exceden al público de la banda.
Me sorprende y emociona y me divierte mucho cuando vamos a algún lado que no estuvimos antes y cantan las canciones con nosotras, me sorprende que hayamos sido objeto de tantas tesis universitarias, que nos estudien en la facultad de filosofía y letras. Me sigue sorprendiendo lo que pasa en los recitales, esos encuentros y toda esa magia de ver cómo la gente se junta, baila, se abraza y disfruta de nuestra fiesta.