Quiz Raptiliano 001: Mariel Breuer

Quiz >  Cuestionario raptiliano para indagar en figuras de la cultura desde una óptica diferente.
Diez preguntas universales sobre el tiempo que habitamos + un puñado de interrogantes extras sobre su campo de acción.
Ilustraciones > Sebastián Sala

Mariel Breuer, AKA La Breuer, es licenciada en Gestión e Historia de las Artes y se especializa en Periodismo Cultural.
Docente, curadora de arte y un ser de verborragia natural.
Además es columnista en Generación Perdida de Vorterix y Mucha Data de FutuRöck.
¿Algo más? Programadora to be.


¿Cuál es tu humor por las mañanas?

Uno estúpidamente bueno y feliz. De hecho, cuando estoy acompañada me doy cuenta que se la quemo un poco a quien le toque estar al lado. En general me cuesta bastante salir de la cama, tardo por lo menos media hora hasta que consigo levantarme, pero es parte del ritual. Amo tener tiempo a la mañana: bañarme, elegir la ropa, preparar la mochi, desayunar (amo desayunar, jamás salgo de casa sin desayunar, aunque me haya quedado dormida y no tenga mucho tiempo), juego con mis gatitos un rato. Si hace falta limpio algo o pongo ropa a lavar o a secar. Trato de levantarme unas dos horas antes del horario de salir de casa.

¿Quién es tu héroe/heroína? ¿Por qué?

El heroísmo civil me parece un montón y absolutamente innecesario que nadie de más de lo que tiene o puede por nadie. Es como cuando en el avión te dicen que primero te pongas la máscara vos para después ayudar al otro. No hacen falta héroes, sí más amor entre nosotros. Por mi cuenta, creo que todas las semanas alguien me salva un poquito. Por ejemplo, mí último héroe fue Manuel cuando el otro día llegué llorando a casa porque estaba indispuesta y quería torta y me hizo una con galletitas, dulce de leche y granas de colores. En tu cara Batman. 

¿Qué experiencia fue fundamental para que decidieras terminantemente dedicarte a lo tuyo?

¿Lo decidí terminantemente? Es una de las grandes preguntas de mi vida. Empiezo a creer que “lo mío” muta. Aunque amo el arte, ahora estoy aprendiendo programación y estoy fascinada con eso y creo que por un tiempo quiero empezar a dedicarme a eso. Me cuesta creer que pueda dedicarme 50 años a lo mismo, me aburre el solo pensarlo. También alguna vez fantaseé con estudiar enfermería y/o coctelería como posibles opciones.

¿Cómo fue la peor cita de tu vida?

En el medio de la cita lo llamó una amiga, la hizo venirse, me pidió otra cerveza sin consultarme se puso a charlar con la amiga y después me la hizo pagar. Soy feminista, pero no boluda. El que pide, paga.

¿Cuál fue tu primer trabajo? ¿Aprendiste algo valioso?

Mi primer primer trabajo fue a los 16, en el verano entre 3er y 4to año. Me iba de viaje a visitar familia en USA y mi tía me ofreció trabajar en su empresa para ahorrar unos pesos. Iba tres veces por semana y cumplía con mi horario y tareas. Yo vivía en provincia y esto era microcentro así que tardaba cerca de horas en ir y volver y cada dos por tres me llamaban mis amigos que querían ir a la pile de mi casa y yo estaba trabajando. Si bien sentía que me perdía un montón de cosas del verano, ni un solo día me dio fiaca ir (y re tenía permiso para no ir alguna vez), me gustaba el sentido de responsabilidad, viajar al centro y sentirme grande. Creo que lo más importante que aprendí fue el valor del dinero a cambio de trabajo. 

¿Qué te preocupa acerca del futuro inmediato?

De donde voy a sacar ganas para hacer la compras y cocinar.

¿En alguna ocasión te sentiste abrumadx por las redes sociales? ¿Por qué?

Ufff!!! Un montón!!! Trabajé mucho como CM así que he llegado a tener hasta 10 cuentas abiertas en mi celular. Es una locura. Creo que son una herramienta asombrosa, pero lleva mucha disciplina aprender a usarla. Todavía me pasa que si publico algo, estoy pendiente de los likes y me parece una boludez y no lo puedo evitar. Lo que sí hice en algún momento fue apagar las notificaciones así no suena todo el tiempo. Reviso redes solo cuando tengo ganas de hacerlo (que no digo que sea poco).

¿Qué tipo de placer culposo disfrutás a escondidas?

Dos fundamentales -y no taaaan secretos-: las Kardashians y Grey´s Anatomy. Ya no veo Keeping Up With the Kardashians porque no tengo cable pero las sigo a todas por Instagram. No hay motivo, no las envidio, no me parecen geniales, pero simplemente no puedo evitarlo. Y Grey’s ME ENCANTA. Lo veo desde el primer capítulo hace 16 años y estoy al día con el último. Siempre digo que es mi relación más larga, ja! También me vuelven loca las Licoritas de Felfort.

¿Cuán importante es el ocio en tu vida cotidiana? ¿Es imprescindible?

¡Sí! No lo puedo evitar. Me pasa a menudo que digo “el sábado me quedo en casa laburando todo el día así me pongo al día” y después termino viendo Grey´s o lo que se puso Kylie Jenner.
Necesito desenchufar, mínimo un día a la semana sin obligaciones ni deberes. Comer cosas ricas, ver una peli, ver amigues, pasar tiempo con alguna de mis parejas haciendo nada, ir a un parque, ir a bailar. Ahora empecé a andar en longborad así que salir en búsqueda de asfaltos lisitos para practicar es una de mis actividades preferidas del finde.

¿En algún momento sentiste paranoia sobre los algoritmos?

En realidad no. Como estoy metiéndome tanto en el tema de programación e Internet, me fascina un poco el tema de big data y cómo los algoritmos aprenden de mi comportamiento para ofrecerme lo que quiero. Lo que sí me molesta es la tendencia “exitista” que tienen. Por ejemplo, en las redes no quiero ver lo que tiene más vistas o likes, quiero que el algoritmo aprenda a darme eso que no sé que existe, es a lo que yo no llego. No me jode que “el teléfono me escuche”, me jode que me escuche mal! ja!!

Desde tus múltiples actividades como editora, gestora cultural, divulgadora y curadora siempre  tuviste un abordaje y una perspectiva descontracturada, bien fresca. ¿Esa fue una decisión o consciente desde el principio o tomaste conciencia de eso por contraste, ya estando activa en el mundo del arte y la cultura?

Cuando escribía mis primeros textos sobre arte se los leía a mi mamá que no tiene nada que ver con el mundo cultural a ver qué entendía o sí se aburría rápido. Me dí cuenta bastante rápido que ese era mi filtro, que quiero hacer o decir cosas del arte que entienda cualquiera. Creo que desde ese lugar disfruté comunicar en redes sociales y hoy lo ejercito en mi columna en el programa Generación Perdida en Vorterix. Digamos que el mundo del arte ya le habló un montón a “los del arte”, a mi ellos no me importan mucho, yo le quiero hablar a todos los demás.

En Canadá, Estados Unidos y Europa el sector privado (fundaciones, corporaciones, marcas) apuestan al arte de diferentes maneras. Se asocian con artistas o galerías; generan programas de mecenazgo, etcétera. ¿Por qué no es tan común eso nuestro país? ¿Qué faltaría para que sucedería eso en Argentina?

¿Que frenen por un rato las crisis económicas? Creo que pasa un poco por ahí. Somos tercer mundo y entiendo perfectamente que hay más urgencias sociales que necesidad de apoyo a artistas. Obviamente creo que la cultura es fundamental para el desarrollo social, pero no sirve de mucho si hay panzas vacías o mujeres asesinadas por ser mujeres. De todos modos, sigue habiendo un serio problema de falta de entendimiento sobre el profesionalismo en el sector cultural entonces las marcas invitan artistas o curadores a participar de acciones de marketing diciéndoles “te re conviene, te va a ver un montón de gente” y no pagan un peso. Hay excepciones, sin dudas, y por suerte cada vez más pero para que exista un mecenazgo real, tienen que implementarse políticas impositivas como las de Mecenazgo de la Ciudad de Buenos Aires pero en serio, con mayor alcance y transparencia.

¿En la era de la información y la diversidad que vivimos hoy siguen existiendo medios establecidos, críticos y especialistas que formen EL canon del arte?

Me gustaría pensar que no. Pero el sector que sí impone un cierto canon es el mercado, lo que se vende. Es medio un garrón porque entonces tenemos el ejemplo del arte urbano que al no ser un producto sencillo para el mercado del arte, termina quedando siempre un poco afuera. A un muralista le pagan días de trabajo pero estoy segura que nunca recibe lo mismo que uno cuya obra perteneció siempre al circuito de galerías y museos. De hecho, los artistas urbanos, terminan adaptando su trabajo a otros formato para insertarse en ese mercado (no digo que lo hagan exclusivamente por eso, pero un poco sí)  y esto creo que le pasa a varias disciplinas. Creo que en este país la crítica nunca fue fuerte a la hora de definir un canon y lo veo como algo positivo. Y los medios están en crisis desde hace mucho ya.
Por otra parte, en nuestro tiempo, en la era de la multiplicidad de canales, todas las manifestaciones tienen su lugar y su público en algún lado. Yo, desde hace bastante tiempo, donde más encuentro artistas nuevos es en Instagram y me voy guardando las cosas que me gustan en las “colecciones”. Honestamente, no tengo ni idea qué dice La Nación, Página 12 o Clarín que es lo “mejor” del arte.

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