QUIZ RAPTILIANO #39: NACHO ESTEPARIO

Quiz >  Cuestionario raptiliano para indagar en figuras de la cultura desde una óptica diferente.
Diez preguntas universales sobre el tiempo que habitamos + un puñado de interrogantes extras sobre su campo de acción.
Ilustraciones > Sebastián Sala

Nacho Estepario nació en 1990 en la localidad de Las Toscas, ubicada en la punta noreste de la provincia de Santa Fe, al límite con Chaco, zona conocida como humedal Jaaukanigás. Hace varios años vive en la ciudad de Rosario. Cursó la licenciatura en Ciencia Política de la UNR. Es poeta, escritor y agitador cultural. Escribió en los libros “Bitácoras de la intimidad” (2020) y “Rosario, una Ciudad Anfibia. Crónicas Contemporáneas” (Mansalva, 2019).
Escribe contratapas en Rosario/12 y en las revistas Rea y El Corán y el Termotanque.


¿Cuál es tu humor por las mañanas?

No existo. Desde chico soy muy nocturno. Si bien el capitalismo me puso a madrugar, trato de acomodar en lo posible mi vida para arrancar cerca del mediodía. Si a la noche ando muy despierto, por la mañana no hay algún humor, directamente un zombie.

¿Cuál fue tu primer trabajo? ¿Aprendiste algo valioso?

Cuando era chiquito repartía unos diarios en una lista de vecines. También atendía en la cohetería de mi abuela. Pero mi primer trabajo de más grande fue mozo en un bar. Me echaron al tercer día porque era muy lento. Cuando me llegó ese mensaje de despedida me estaba preparando para una noche que iba a darlo todo, una fecha muy importante para mí, que prometía. Lo leo, y antes que caiga el tsunami de desilusiones y aflicciones, me sentencio el not today -hoy no-, no me iba a cagar ese momento. Por esas horas siguientes me lo olvidé. Ese día aprendí algo nuevo.

 ¿Quién es tu héroe/heroína? ¿Por qué?

Nunca tuve héroe o heroína. De chiquito tenía fascinación por villanas y villanos. Cuando jugábamos con mis primes siempre quería hacer del villano y me autodaba ese papel: Rasputín, Cruella, Jafar, Yzma, Hades, Úrsula, Hiedra!

 ¿Qué experiencia fue fundamental para que decidieras dedicarte a escribir?

 Tuve varios encierros, uno duró casi un año. En él necesité rever toda mi existencia, todo lo que hasta ese entonces estaba siendo. Fue un proceso muy fuerte. Había enclosetado tantas formas de mi vida, heteronormativamente y en muchísimos planos más. De ahí necesité estallar. De tanto encierro, erupcioné. Y una de las formas en que eso se expresó fue la escritura. Comencé a escribir.

 ¿En alguna ocasión te sentiste abrumadx por las redes sociales? ¿Por qué?

Claro! Hay momentos o épocas que tienen mucha violencia. Si bien con los años fui haciendo mi burbujita para ver sólo publicaciones de personas queridas, lo cierto es que me gustaría ir alejándome cada vez más de las redes, a eso aspiro. De hecho nunca en mi vida hice una story, ni sé cómo se las hace, miro solamente la de unas tres cuentas que oscilan. No obstante, tampoco quiero quedar como un bardero hacia las redes sociales porque bien que me facilitan el poder vincularme a las personas en tiempos en los que me relaciono menos.

¿Qué te preocupa acerca del futuro inmediato?

La desigualdad social, la voracidad del capitalismo, las derechas, la destrucción hacia la naturaleza.

 Sin deseo no hay poesía: ¿cuándo tuviste claro tu deseo?

Creo que el deseo todo el tiempo se va moviendo, se mueve, se mueve, y al moverse va mutando. Hoy podemos saber cuáles son cosas que nos gustan, pero a nada podría conferirle un futuro determinado. Mañana no sé. Me cuesta pensar al deseo como algo tan nítido, como algo de lo que pueda afirmar “lo tuve claro”.

 ¿Qué tipo de placer culposo disfrutás a escondidas?

Culpa nada, meamor. Vengo de un catolicismo casi ultramontano, te imaginarás que a ese sentimiento ya lo tengo bien extirpado. A escondidas tampoco, pero en solitario porno y bailar pop con todo: Bandana, Nicki Minaj, Gaga, otras.

 ¿Cuán importante es el ocio en tu vida cotidiana? ¿Es imprescindible?

¡Cuán importante es tu vida cotidiana en el ocio! Todo! Soy muy pajero, perezoso, no me llevo para nada con el imperativo de productividad. Puedo pasarme horas echado en estado horizontal haciendo absolutamente nada, pero nada, y en un banco de arena: días. El ocio es imprescindible en mi vida, necesario, no podría sobrevivir a este mundo sin horas dedicadas a él.

¿Cuál es tu límite con el consumo irónico?

No tengo consumo irónico. Creo que hacerlo te hace sentir por encima de la gente que lo consume de verdad. Cuando advertí lo despectivo que era eso dejé de hacerlo. Si hoy algo no me gusta, no me quedo consumiendo, mucho menos para reírme, directamente me voy.

¿Cómo fue la peor cita de tu vida?

Trato en todas de encontrarle algo bueno, pero tengo una cita por Grindr que terminó en la guardia del Hospital Provincial. No sucedió hace mucho, un tiempito antes de la pandemia. Domingo, invierno, 10 de la noche con lluvia. Concreto una cita en Grindr, me enamoraron sus rastas. Ninguno de los dos teníamos lugar. Sale Parque Urquiza, voy en bicicleta. Fuimos abajo de un árbol, reparo del agua, un oscurito. Estábamos en una (pero muy ya en una!), escucho el crujido  en unas hojas del piso, veo alejarse una sombra, sigo igual. Al instante siguiente ya lo teníamos al chabón encima. Nos pide todo. Muy rápido, en segundos, alcanzo a recomponerme espacialmente para tenerlo en frente y logro primerearle mi campera que estaba tirada al lado (al mismo tiempo la miramos, nos miramos, manoteo, se la gano, ahí tenía mis llaves, celular, billetera, dni). Mi cita seguía en el piso, comenzaron los forcejeos, gritos, y en eso el chabón agarrándolo de las rastas, saca un arma, lo golpea en la cabeza de un culatazo y dispara. En ese momento en mi mente: el monito con los platillos. El chabón sale disparando, se va. Mi cita comienza a correr y a gritar que le sangraba la cabeza. Ahí me viene un recuerdo de la infancia. Ese ruido, el sonido de ese disparo, me resultaba conocido. Y entonces recuerdo que algunos compañeros de primaria tenían esas armas que disparaban lo que en mi pueblo llamábamos “cebita”. Fricaban y podían sacarte un ojo, pero no con la fuerza de un tiro. Y su sonido es distinto, más similar a una pirotecnia de niños a fin de año. Esa certeza del pasado me vino y me calmé. Fui corriendo a alcanzar a mi cita. Él estaba en shock, lo tranquilizo. Fuimos hasta la avenida. Subimos a un taxi. Cuando llegamos a la guardia del Provincial, el tachero sabiendo toda la situación se queja que no le pagamos con cambio. KHÉ. Se toma todo el tiempo para darme el vuelto. Preferí no perder más tiempo en decirle algo y bajé del auto. Cuando ingresamos, estábamos acelerados, urgencia ya, médicx por favor! Me detengo, miro hacia el costado, la sala de espera era grande, ruidosa y repleta. Un joven sentado a mi lado tenía toda la mano explotada, al costado una vieja se la curaba en secreto, del otro lado uno con una herida en carne viva a lo largo de la pierna que parecía tenía encima dentífrico, atrás de él una mujer hablaba sola haciendo gestos. Me senté. Supe que no íbamos a ser la única urgencia. Cuando la recepcionista nos pide los datos se posaba muy serenamente en cada casilla hasta completar todo el formulario. Nos dice que el tiempo de espera sería de más de dos horas. Le pregunté si deberíamos ir al Heca. Mira de reojo a la herida, la diagnostica en su pensamiento con un suspenso y me dice que en el Heca tardaríamos más. Nos sentamos a esperar. Pasaron esas dos horas y media. Ese tiempo compartimos con su amiga que lo estaba alojando, había venido y era un personaje, nos cagamos mucho de risa también. Lo atendieron, le cerraron el tajo que le había hecho el culatazo y le dieron un ibuprofeno. Nos fuimos cada uno a su casa. Él no era de Rosario, al día siguiente viajaba. No volví a verlo. Después tampoco supe más de él.

¿Cuándo y cómo llega la perfomance a tu vida? ¿Llegaste a la perfomance por una curiosidad decidida o fue una manifestación más bien inconsciente?

Inconsciente! Respuestas atrás hablé de la erupción, la performance fue claramente otra forma por la que se expresó el estallido después de aquel encierro; llega a mi vida a los gritos y en torrente, era un magma que quería salir.

Para la mayoría de lxs poetas, desarrollar una voz propia va precedida primero de una fase de aprendizaje y, a menudo, de emular a otros. ¿Cómo fue esto para vos? ¿Cómo describirías tu propio desarrollo como artista y la transición hacia tu voz?

A mí me sirvió mucho poder interactuar con poetas. De muchxs en Rosario comencé a ser amigo, y el intercambio íntimo, la charla personal, como así también compartir con elles lugares más colectivos, me fue nutriendo de un gran aprendizaje. Hoy identifico ciertos lugares donde me gusta habitar la voz, siento que ella siempre me fue propia y a la vez que me es imposible pensarla sin una relación con lxs demás.

 Los vínculos creativos son una constante en tu camino ¿Qué papel juegan en tu enfoque creativo? ¿Las colaboraciones te ayudaron a encontrar otras perspectivas?

Siempre se es colectivo.
Sin embargo, soy una persona a quien le cuesta mucho el trabajo en equipo, una amiga dice que es muy de hijo único. En la secundaria prefería poner los nombres de mis amigos en la carátula de los trabajos prácticos, con tal de que me dejen hacerlo solo y a la madrugada, sin que me rompan las pelotas. Incluso hasta el día de hoy me cuesta mucho, muchísimo, vincularme en grupalidades (por ejemplo tengo sólo tres grupos de WhatsApp: uno es del trabajo, el otro -que se creó hace días- la familia y en otro amigues).
Pero como dije al principio, entendí que de todas formas, siempre se es colectivo. Desde el momento en que estoy por crear algo, por más individual que pareciese, siempre están directamente interviniendo personas. El vínculo con lxs demás está; por suerte.

El arte puede ser un propósito en sí mismo, pero también puede influir directamente en nuestra vida cotidiana, asumir un papel social y político y generar un mayor compromiso. ¿En lo personal tuviste alguna influencia así?

 A mí me ayudó a advertir eso la universidad pública. Venía de un pueblo donde había hecho la primaria en colegio de monjas y la secundaria en colegio de curas; si bien estaba politizado (fui presidente dos veces del centro de estudiantes y participaba en partidos), la política allí iba por otros lados. Cuando me fui de allí y entré a la universidad pública mi cabeza se rompió por todos lados. Y la carrera fue ciencia política, luego militancia en colectivos y orgas. Todo eso influyó para que no pueda concebir al arte sin su papel social y político, sin su poder transformador.

¿Cuánto de espontaneidad tienen tus ideas? ¿Existe un conjunto de hábitos que cultives para mantenerte creativo?

No soy metódico para nada, no podría tener un hábito, pero ya que hablás de cultivo, la marihuana me pone más sutil, eso muchas veces me ayuda a escribir y especialmente a editar.

Como poeta sos parte de una Rosario donde la visibilidad queer en la poesía es una fuerza transformadora. Hoy podemos hablar de un laburo autogestivo, performance, una disrupción del canon político vigente, militancia y mucho más. Pero algunos años atrás el panorama era diferente.
¿Cuándo llegaste a la ciudad buscaste indicios o iniciativas similares de las generaciones anteriores?

En Rosario la vida me fue encontrando con personas de otras generaciones que en panoramas diferentes a este ya vivían de forma queer el arte. Gabby De Cicco, Susy Shock, Mauro Guzmán, y también Beatriz Vignoli. Elles desde antes ya venían rompiendo la poesía, los cánones, las artes.

 Algunos atrás, a partir de tus lecturas y performances lograste una visibilidad que te llevó a participar de ciclos varios y charlas además de entrevistas y cierta exposición en redes.
¿Qué responsabilidad llega con esa exposición? ¿Sentiste un deber de responsabilidad?

Qué pesadas las palabras deber y responsabilidad. Por suerte nunca sentí un deber, y responsabilidad quizás sí, un resguardo conmigo mismo, que me hizo ir alejando de la mayor exposición en el uso de redes.

 Hace varios años que llegaste a Rosario desde Las Toscas para instalarte.
¿Cuándo empieza a sentirse Rosario en vos? ¿Podés señalar si en algún momento la ciudad empieza a influir en vos?

Desde el primer día que llegué, Rosario tuvo en mí un enamoramiento que fue de impacto. Yo venía de una muy fea, una crisis muy grande. Había probado en Las Toscas, Santa Fe, Resistencia. Seguía mal. Vine a Rosario un mes como prueba. Paraba en lo de un amigo que vivía muy cerca del río.
Nunca más me fui. Eso fue hace más de 10 años y Rosario aún hoy me sigue enamorando e impactando.

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